Bridget Jonhson es una chica tímida, soñadora, frágil como el pétalo de una flor, aunque hermosa y única en medio de un jardín, con un gran futuro por delante por ser miembro de la prestigiosa familia Jonhson, pero todo se ve interrumpido cuando es...
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Las historias de amor siempre tienen un final,
pero el nuestro fue el peor,
nos construimos, florecimos,
pero ahora nos destruimos y nos marchitamos.
Bridget
El día menos esperado había llegado.
Volvería a casa.
Después de dos días de miseria e inquebrantable llanto, y dolor.
Aquí estaba presenciando uno más.
Volvería a casa y tendría que dejar a tras al amor de mi vida, y ahora mismo no sabía que me dolía más, tal vez ambas cosas por igual.
Había sido feliz por un largo tiempo, pero ahora me sentía la persona más infeliz y destruida.
¿Cómo iba a poder superar esto?
Todo era una completa mierda.
¿Volvería a ver a Morte al regresar?
¿Qué pasaría después?
La duda persistía en la noche y me preguntaba si la mejor opción era coger un rumbo equivocado de casa, dejar una carta en la entrada después de tocar un timbre y perdernos de vista.
Pero la cuestión es que algo en mi mente decía que no podía, que debía volver, y enfrentarles.
Mire a Morte mientras caminábamos en busca de aquel auto escondido en las sombras del bosque.
No había dicho nada, pero podía imaginar lo que pasaba por su mente.
Así que me dedique a seguirlo en silencio hasta que llegamos al lugar del auto y lo encendió.
Me subí en él y empezamos un camino silencioso.
Yo solo pude juntar mi cabeza a la ventana y observar el camino tan solitario por el que transitamos, era demasiado nula la probabilidad en que nos encontráramos más que sea un simple auto movilizándose por aquí.
Fui consciente de las incontables noticias acerca de las muertes, aunque ahora entendía que no todo era culpa de los lobos.
Sin embargo, ahora la gente prefería mil veces tomar las demás carreteras así llegase hacer el camino mucho más largo.
El silencio en que nos encontrábamos realmente me desesperaba, sé que ninguno de los dos deseaba esto, pero me exaspera.
Conforme conducía el auto la velocidad iba amenorando. Lo cual me preocupo, así que dirigí mi mirada a él para preguntar y finalmente abandonar el silencio que se había formado.
