Sinopsis
La vida de Eloísa Ramírez cambia abruptamente cuando su madre desaparece en un pueblo llamado Mystic Falls. La joven de casi 19 años de edad, decide ir buscarla, cambiando así todo lo que ella conoce sobre su propia existencia y las mentir...
Después de enterarnos que Eloísa podría ser una confesora y que al parecer todo esto tiene que ver con su sangre materna; sentí a Eloísa salir corriendo de la casa cuando se enteró que Damon Salvatore había visto a su madre y que ella desapareció.
Damon se levanta para ir por ella, pero yo le detengo.
-Iré yo. -No le doy tiempo a nada decirme más y salgo.
Sigo las huellas que ha dejado Eloísa. Siento su miedo como una fragancia que me conduce hacia una trampilla. Se ha caído aquí y está asustada. Calculo las posibilidades de poder salir con ella y con el pie hago el agujero más grande para poder bajar.
Una vez abajo, la busco y la encuentro acurrucada así misma.
-Tú y yo tenemos mucho de qué hablar. -Me acerco a ella y me agacho.
Ella se asusta, pero no es algo que pueda evitar. La tengo que llevar conmigo.
-¡Elijah! -Pronuncia mi nombre con una voz aguda provocada por el miedo que le da todo esto.
En un abrir y cerrar de ojos, la sujeto bien y me la llevo a súper velocidad. Siento sus brazos alrededor de mi cuello que me sostienen con fuerza para no caerse cuando salimos de ahí.
Unos minutos después, llegamos al lugar donde me estoy quedando actualmente. He decidido quedarme en una casa a las afueras, hay suficiente habitaciones para todos: Jonas, su hijo y para mí.
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Obviamente, está al nombre del brujo al que tengo contratado y de su hijo, pero yo puedo entrar sin problemas.
Una vez dentro de casa, llevo a Eloísa hasta el sofá de la sala de estar. Ella me mira aterrada e intenta escapar, pero no la dejo.
-¿Qué es lo qué quieres? -Pregunta muy asustada.
-Solo quiero hablar contigo. -Me siento un poco apartado de ella. -¿Podemos?
Eloísa me mira con desconfianza. Sabía yo que tarde o temprano íbamos a enfrentarnos a la verdad que escondía nuestro primer encuentro.
-Elijah... yo... necesito irme... -Intenta levantarse, pero yo la detengo. -Por favor, déjame ir.
-No pienso hacerte daño... -¿Me lo creo? ¿Estoy convencido qué no se lo haré? -¿Confías en mí?
Ella me analiza por un segundo.
-¿Cómo puedo fiarme de ti cuando me has mentido sobre quién eras?
Niego con la cabeza mientras la miro.
-Nunca te he negado quién soy. -Aclaro mi garganta. -Eres la tercera persona en conocer mi identidad, al menos mi verdadero nombre.