Capítulo 13 - Cólera de sangre

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Elijah

Después de la revelación de mi hermano Niklaus, me quedaba la duda de si él realmente está preocupado por Eloísa como yo lo estoy. Si realmente él amó a la madre de esta joven por la que estoy sintiendo muchas cosas que no puedo explicar.

Ahora voy de camino hacia el lugar al que llamo hogar, sin embargo, recibo una llamada con número desconocido. Me tomo varios segundos antes de contestar.

-Habla Elijah. -Es lo que digo al descolgar.

-Elijah, soy Rose Marie. Sé que no debería llamarte, pero no logro comunicarme con los hermanos Salvatore.

-¿Qué es lo qué necesitas, Rose? No soy niñera de los hermanos. -Pregunto sin perder el tiempo. Odio que me interrumpan cuando estoy pensando.

-Elijah, es Eloísa. -Hace una pausa. -Creo que está en peligro.

Detengo el coche en seco a un lado de la carretera y salgo para escucharla mejor.

Detengo el coche en seco a un lado de la carretera y salgo para escucharla mejor

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-No te quedes callada, Rose Marie. -Demando con voz autoritaria. -¡Habla!

Ella empieza a contarme lo que sucedió cuando regresó a casa de los hermanos Salvatore. Rose intentó entrar, pero no pudo, parecía que algo se lo impedía y entonces los escuchó gritar. Las voces era de Eloísa y alguien más.

-Lo siento mucho, Elijah, apenas pude enterarme de lo que decían, había una manada de hombres lobo dentro.

-Tranquila, voy para allá. -Suspiro fuertemente. -Busca a los Salvatore.

Cuelgo la llamada sin esperar su respuesta y ahora marco a la persona que menos creí necesitar.

-¿Tan pronto me echas de menos, hermano?  -Dice Niklaus burlándose de mi repentina llamada.

-No estoy para bromas, -hago una pausa, -es Eloísa.

Sé que mi hermano ha cambiado su semblante por uno más serio. Aprovecho este silencio para contarle lo que ha pasado mientras me dirijo a la casa de Eloísa que comparte con sus parientes.

Escucho que alguien habla con mi hermano pequeño y él maldice a la persona que está con él.

-Eloísa está atrapada en casa con Sabino Salvatore y los Navarro. -Le escucho caminar. -Voy hacerme un collar con los dientes de esa manada de lobos cuando los mate a todos.

-Te veo ahí. -Cuelgo la llamada.

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Minutos más tarde, llego a mi destino y salgo del coche. Me dirijo hacia la puerta y cuando la abro y quiero pasar, no puedo.

-¡Elijah! -Es la voz de Eloísa.

Mi ser se paraliza al verla sentada y atada a una silla con cadenas en las manos y los pies.

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