Eloísa
No sé por qué siento como si tuviera migraña. Mis ojos se sienten súper pesados y apenas los puedo abrir. Solo escucho un murmullo de alguien hablarme. Mi miedo hace que me despierte del todo y me altere, sin embargo, escucho una voz de hombre que me intenta calmar.
-Tranquila, pequeña señorita, ya estás a salvo. -Dice una voz desconocida a mi izquierda.
Mis ojos se dirigen hasta el autor de esas palabras tranquilizadoras. Es el tío que intentó ayudarme cuando me estaban acosando aquellos tipos de la estación de servicio
.
-¿Dónde estoy? -Pregunto un poco inquieta. -¿Quién eres?El hombre que conduce tranquilamente mueve al cabeza en forma de negación mientras eleva los labios en forma de media sonrisa. ¡Guau! Es una hermosa sonrisa... Intento quitarme esos pensamientos de la cabeza, ¡me acaban de secuestrar!
-Estás en mi coche. -Responde con sinceridad sin apartar la mirada del volante. -Unos hombres te estaban ofendiendo y no pude evitar meter en medio.
¿Y qué espera que le diga? ¿Gracias? Mis ojos se dirigen al conductor del coche dónde me encuentro.
-¿Gracias? -Es lo único que sale de mi boca.
El hombre atractivo que está de piloto, aunque eleva un poco la comisura de los labios, se mantiene serio en todo el trayecto.
-¿No vas a decirme tu nombre? -Pregunto un poco nerviosa. -Yo me llamo Eloísa Ramírez y tengo 19 años recién cumplidos.
Paramos un momento porque estamos esperando que el tren pase y nos cedan el paso. Me remuevo en el asiento y le miro.
-Lo diré nuevamente... -Digo y él por fin me dirige la mirada. -Hola, soy Eloísa Ramírez, de 19 años. -Le ofrezco mi mano en forma de saludo.
El extraño, pero sexy hombre, dueño del automóvil en el que estoy, se fija primero en mis manos y luego hace un gesto inesperado. Toma mi mano y la besa.
-Elijah, Elijah Mikaelson. -Fija sus ojos en los míos y eso me pone nerviosa, pero no dejaré que lo note. -Encantado de conocerte, señorita Ramírez.
-Por favor, llámame mía, señor Mikaelson. -Respondo enseguida y luego caigo en cuenta la burrada que acabo de soltar. – Digo que me llames Isa o Elo. Si te gusta más, Eloísa. -Aclaro el malentendido. -¿Me devuelves la mano, por favor?
Elijah se mantiene sereno ante la estupidez que me salió y me la devuelve justo cuando nos ceden el paso para seguir nuestro camino.
-Claro, Eloísa. -Contesta él. -Creo recordar que vas a Mystic Falls, ¿verdad?
¡Ostras, es verdad! ¿Cómo puedo fiarme de alguien quién me metió en su coche sin mi consentimiento?
-No te preocupes, Eloísa, no pienso hacerte daño. No es mi intención. -Me comenta mientras sigue conduciendo. -Yo también estoy yendo a ese pueblo por asuntos personales.
-¡Vaya, qué coincidencia! -Mis palabras salen de mi boca sin filtro alguno. -Gracias por socorrerme. No todos harían lo mismo.
-Bueno... es lo que tenía que hacer... además no todos somos iguales. -Me responde.
Volvemos a pararnos mientras pasa otro tren y me fijo que en la comisura de sus labios tiene sangre.
-¿Eso es sangre? -Sueno un poco exagerada.
Elijah se mira al espejo y frunce el ceño. Saca su pañuelo de uno de sus bolsillos de la chaqueta y se lo quito. Él me mira bastante perplejo a lo que acabo de hacer. Yo sin hacerle caso, saco una botella de agua, mojo un poco el pañuelo y me quito el cinturón para poder moverme con libertad y limpiarle la comisura de los labios.
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Nada Que Perder
FanficSinopsis La vida de Eloísa Ramírez cambia abruptamente cuando su madre desaparece en un pueblo llamado Mystic Falls. La joven de casi 19 años de edad, decide ir buscarla, cambiando así todo lo que ella conoce sobre su propia existencia y las mentir...