Capítulo 10: Luz

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...

Había pasado un mes... ¿O eran dos? Joseph se negó a darme el divorcio por lo que el trámite estaba siendo demasiado complicado; sentí que mi vida iba en picada, el desempleo, el estar en proceso de divorcio y mantener contentos a tres adolescentes no era para nada una tarea fácil. Estaba demasiado dopada para poder sentir algo, el Alprazolam hacía bien su trabajo en mantenerme adormilada todo el tiempo. Saqué la mano de dentro de las cobijas, tomé la botella de vino que tenía sobre la mesa de noche y al tomarla mal se rompió sobre el suelo.

Mierda... -dije cansada-

Mamá... -escuché la voz de Damiano entrando a mi habitación-

Hola mi amor... Luzco del asco, no me mires

Te ves bien -sonrió- Voy a salir

-asentí con la cabeza- Ten cuidado, ¿está bien?

Si, no te preocupes -sonrió- No creo llegar a dormir

¿A dónde vas?

A casa de Cynthia, bueno más bien a la de sus padres

Sólo avísame dónde estás, ¿quieres?

Arabella está con Sarah, y Tony fue a ensayar pero no debe tardar

¿Comiste algo?

Si, tu por favor come algo

Si mi amor, no te preocupes

-se acercó y besó mi frente- Te quiero bien mami...

Voy a estar bien mi amor -tomé su mano- Lo lamento

Llamó Joe...

Damiano, él es tu papá y lo que sea que haya cambiado entre nosotros...

Sólo quería saber si necesitábamos dinero, está fuera del país -me interrumpió-

-asentí con la cabeza- ¿Necesitas dinero?

No, estoy bien. Debo irme, pasarán por mi

Cierra bien todo

Si mami -sonrió y salió de mi habitación-

Tomé mi teléfono, llamé un par de veces a Joe y por supuesto no hubo una respuesta. Todo el tiempo lo echaba de menos, el dormir sola en una habitación tan grande, y estar sin él era algo a lo que aún no me acostumbraba; había ocasiones que sólo venía a discutir y terminábamos teniendo sexo, pero después de eso me sentía tan asqueada que le prohibí venir a la casa pues no me era fácil resistirme a estar con él.

Hoy no tenía la fuerza suficiente para ponerme de pie, estaba pudriéndome en esa cama y honestamente no quería hacer algo para cambiar eso...

Mi vista se mantenía fija sobre un lugar de la habitación, no lo notaba pero apostaba que me veía horrible, vieja, y descuidada. Entrecerré los ojos, sólo quería dormir, pero al escuchar las cortinas abrirse sólo pude quejarme.

Tony, a mami le duele la cabeza -dije de mala gana-

Te vas a levantar, te vas a duchar y no es una pregunta

« Nigromante »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora