Capítulo 43: Luciernagas

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...

Nick condujo en silencio, sólo se escuchaban las pequeñas gotitas de lluvia contra el vidrio. Mi teléfono cargó un poco y mi teléfono se iluminó con 10 llamadas perdidas de Armando, un mensaje de Joseph y uno de Anthony.

¿Te llamó Armando? -rompí el silencio-

Mi teléfono está en la guantera -señaló-

Mierda, Nick -suspiré- Cariño, siempre debes traer contigo tu teléfono

No quería que nos interrumpieran -dijo tocando mi muslo-

¿Hola? -dije al teléfono-

¿¡Dónde chingados te metes!?

Armando, estabamos cenando

¿Cenando? O te estaban cenando

Nada de eso Armando, dime mejor que pasa

Pasa... Que te necesitaba en un maldito lugar hace una hora ¿ya entiendes?

¿Dónde?

Te envío la ubicación, y por favor Elvira. Te quiero disponible para mi, ¿escuchaste?

Si, lo sé -rodé los ojos-

No quiero errores, ni quiero evidencias. Ya sabes como me gusta trabajar

Lo sé, lo tengo resuelto

¡Gracias! Y educa a este perrito

Lo haré, lo lamento

Bien, avísame cualquier cosa -dijo colgando-

¿Qué? -preguntó Nick sin verme-

Cambio de planes... -dije viendo sus mensajes-

¿A que te refieres?

Tenemos que ir a matar a alguien

¿Qué? ¿Cómo que matar a alguien?

De esto se trata el negocio Nick

Si... Claro... -negó con la cabeza- No me refería a eso, si no a quién

Entre menos sepas, es mejor ¿ok?

¿Así vas a irte vestida?

No podemos perder el tiempo cariño, además quizás pueda servir. -dije retocando mi maquillaje-

...

¿Y bien? -pregunté al teléfono-

No puedo traerte conmigo Anthony, lo lamento

Es que a nadie aquí le intereso Damiano

No digas eso

Es una realidad -sollocé- Mi madre se fue con su novio, mi padre pone primero a su novia ¿y yo qué? A nadie le importa

Me parte el alma escucharte así Tony -suspiró- ¿Dónde estás ahora?

« Nigromante »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora