Capítulo 30: Desapercibido

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...

Cerraron el trato, lo hicieron por 15 mdd, Manolo era un idiota y avaricioso, siempre lo había sido.
Maylli comenzó a coquetearme, no tenía otra opción más que seguirle el juego. Y solo pensé que estaba echándome un enemigo más al bolsillo.

¿A donde quieres ir? -preguntó mientras me veía-

A donde tú me digas amor -dije acariciando su mano-

Iremos a... -rió por lo bajo- Por ahí, ¿quieres venir?

Por supuesto -dije acariciando su mejilla-

Bien, vamos entonces

Solo, necesito ir primero al baño ¿está bien?

Claro, sólo no tardes mucho -dijo palmeando mi muslo-

Me puse de pie, caminé hacia el baño y estando dentro le envié un mensaje a Armando, era hora de que él atacara. Al enviar el mensaje me retoqué el labial, cuando estaba a punto de salir Maylli me tomó por sorpresa besándome, era un asco pero tenía que hacer mi maldito trabajo.

...

¿Estás seguro? -pregunté nervioso-

Es lo que dijo Jesus, esté seguro o no es una maldita orden

Bien... -dije limpiando el sudor que escurría por mi frente-

No puedes fallar Damiano, sé que no tienes buena puntería pero de verdad esto es importante

Si, si, yo... Puedo hacerlo

Vi salir primero a su escolta, miró a todos lados para que después un par de detonaciones se escucharan.
Dos de ellos cayeron al piso, las personas de alrededor corrieron despavoridos.

Mierda... -dije asustado-

Sentí sudar en frío, más de sus escoltas disparaban pero era en vano, ellos eran más.

Hazlo Damiano -me gritó Josh-

Bajé de la camioneta, corrí hacía Jesus y Manolo para poder atacar. Disparé de una manera torpe, era mi primera vez haciéndolo mientras alguien lo hacía contra mi. Algunos hombres cayeron al piso, Josh también disparaba desde la camioneta, parecía un campo de guerra. Estaba asustado, sólo pensaba en lo mal que saldría todo.

Que pendejada la tuya de traer tan poca gente Jesus -le gritó Manolo-

Parce pero que me estás diciendo, yo como iba a saber loco que esto se iba a poner así -se defendió el colombiano-

¿Pueden correr? -dije mientras los veía-

¿Que planeas? -dijo Manolo-

Confíen en mi, sólo confíen

...

Pov Armando:

La rata de Jesus se escondía, y parecía que el destino estaba de mi lado pues el cerdo de Manolo estaba junto a él. Dos de sus ayudantes no dejaban de disparar, habían herido a muchos de mis hombres pero eso no importaba pues él único que podía darle cuello al chiquito podía ser yo. Herí a su chofer, dándome algo de ventaja

« Nigromante »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora