Capítulo 67: Imborrable

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...

Entonces, ¿sin permisos? -dijo Anthony-

Los permisos los dará tu padre, así que arréglenlo con él

Será fácil -se encogió de hombros Arabella-

Pero... -hizo una pausa- Los filtros los pone tu madre, así que fácil fácil no será -dijo Nick-

¡Que injusto! Y luego sin Nick -dijo Bella-

Niños, niños. Debemos irnos -dije tomando mi maleta- Pórtense bien, ¿si? Cualquier cosa por favor háganme saberla

Si mamá, vete tranquila -escuché su voz tras de mi-

¡Ay! -me giré y lo vi- ¡Pensé que no te vería niño!

Lo siento, estuve ocupado -me abrazó-

Cuídate mucho ¿si? Y cuida a tus hermanos

Lo haré -dijo mientras nos separábamos-

Bella, tu medicamento -dije mientras la abrazaba- a tus horas, tus clases y...

Mamá nos has repetido mil veces lo mismo hoy -dijo riendo-

Lo siento, es que siento como si me fuera mil años, no me gusta estar separada de ustedes. Te amo mi niña...

Tranquila, papá se encarga. Te amo mami...

Me traes algo mami, una mexicana -me abrazó Anthony-

No lo creo -dije apretándolo contra mi- Te amo, pórtate bien

Yo también te amo -sonrió-

Elvi, ya es hora -me interrumpió Nick-

Nos vemos Nick -lo abrazó Arabella-

Nos vemos niña -correspondió su abrazo-

Tomé mis maletas, esperé que Nick se despidiera de los niños y sin más nos dirigimos a la puerta por donde abordaríamos. 

Estoy nerviosa -dije tomando su mano- Odio los aeropuertos

Estará todo bien mi amor -besó mi frente- Tranquila

"Pasajeros con destino a Medellin, favor de abordar por la puerta cinco..."

Debo irme, por favor escríbeme cuando llegues ¿está bien? -me miró a los ojos-

Lo haré -le sonreí- Mucha suerte cariño, enséñales que sabemos lo que hacemos.

Te amo -se agachó y pegó sus labios a los míos-  Nos vemos en unos días

Diviértete mucho, aprovecha el viaje y disfruta Colombia

Lo tendré en cuenta -me abrazó- Ya te extraño

Te quiero Nick -besé una última vez sus labios y él se marchó-

Mi vuelo salía en un par de horas, aproveché para pasear por el aeropuerto; decidí comprar un café y tomé asiento en una pequeña mesa cerca de la puerta donde saldría mi avión; decidí leer un libro, tal vez eso me haría pasar más rápido el tiempo, me mantuve concentrada en eso al menos una hora hasta que me di cuenta que una señora no me quitaba los ojos de encima y a ese punto me empezaba a incomodar.
Unos minutos más pasaron, y ella discretamente me veía cada cierto tiempo, hasta que decidí sonreírle por lo que me sonrió  de vuelta; unos minutos después la tenía frente a mi.

« Nigromante »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora