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Capítulo 87: Los muertos

[Tres meses después]

Listo, ves, te dije que no se notaría -dijo la madre de Nick mientras le arreglaba el vestido a Arabella-

¿Me veo bien? ¿De verdad? -preguntó Arabella-

¡¿Pero como preguntas eso mi amor?! ¡Te ves hermosa! -la abracé-

Esos colores resaltan tus ojos, y tu mamá tiene razón te ves muy linda

Gracias señora -sonrió Arabella-

Pero ya hay que irnos mi amor -tomé mi bolsa- O llegaremos tarde

Lleva un abrigo Elvira, o vas a congelarte -rió-

Si, tengo uno en el auto -sonreí- ¿Usted ya está lista?

Si, sólo te robaré un labial

Tome lo que guste señora, voy a adelantarme sólo no tarden mucho por favor -dije casi suplicando-

¿Mi amor? ¿Lista? -Nick dijo tras la puerta-

Si -abrí la puerta- ¡Wow! Pero si estás guapísimo -reí- Sólo te faltó el bigote natural

No me dejé el natural porque no te gusta que te bese allá abajo con bigote -dijo en un tono muy bajo-

¡Eres un tonto! -reí- ¡Eddie, Anthony! ¡Dense prisa! -les grité mientras bajaba las escaleras- Ya hay que irnos...

Uy, creo que a alguien le llegó el estrés -dijo Nick mientras me seguía-

Si algo sale mal Armando va matarme, y suficiente he tenido estos meses con su desprecio

Sólo bastará con ver lo hermosa que te ves con ese vestido para que se le pase el enojo

Ruego porque si, además lo echo de menos...

Hmm, me pondré celoso -me abrazó-

¿Y? ¿Que opinas? -dijo Anthony al bajar-

Me encanta, se ven genial -sonreí- Pero... Nada de estar pidiendo bebidas -los señalé-

No prometo mucho -dijo Anthony riendo-

¡Tony! No creo que quieras que tu madre ahora si asesine al mesero -hizo una mueca Eddie-

Hija... -se acercó la madre de Nick hacía mi- Voy a adelantarme, sirve que en caso de que algo esté mal poder corregirlo a tiempo

Gracias señora -acaricié su hombro- No se que hubiera hecho sin usted

Lo que sea por mi nuera -acarició mi mejilla- Tengan mucho cuidado Nick

Si mamá no te preocupes -le respondió Nick-

¡Arabella! ¡Se hará tarde! -le grité desde las escaleras- Esta niña fue quien se empezó a arreglar primero y aún no termina

¡Ya voy! -dijo mientras bajaba las escaleras-

¿Y Damiano? -preguntó Anthony-