Capítulo 21: DejaVú

83 15 3
                                    

...

Mis ojos se mantenían fijos sobre el vaso vacío sobre la mesa, la alexa reproduce música aleatoria en un volumen muy bajo; dos días tenía encerrada en mi oficina, sólo salía a atender a mis hijos y para ir al baño. Mi teléfono estaba atascado de mensajes de Armando, quien no dejaba de insistir en que nos viéramos pero para ser honesta, después de que Nick haya terminado todo lazo conmigo me había dado por vencida con cualquier cosa que no fueran mis hijos.

Mami... -escuché tras la puerta- ¿puedo pasar?

Si, entra -dije posando mis ojos a donde provenía la voz-

¿Estás bien? -dijo acercándose a mi-

Si mi amor, super. ¿Y tú? -dije re acomodándome sobre la silla-

Si... Yo... Quiero que estés bien, sólo no sé que hacer...

No tienes que hacer nada -sonreí y le abrí los brazos-

Todo es su culpa... -dijo acurrucándose en mi pecho-

Shhhh... Está bien

Si él no te hubiera engañado... -suspiró-

Él no me engañó mi amor, terminamos e inicio una nueva relación

Yo sé que no... -dijo derramando algunas lágrimas-

¿Qué pasa mi amor? -dije acariciando su cabello-

Nada mamá... -dijo hundiendo su cara en mi cuello-

Te amo tanto mi niño, eres lo mejor que tengo -dije meciéndome con él- Desde el primer minuto que supe que venías cambié para que estuvieras aquí y ha sido la mejor decisión

Soy casi mayor de edad y actúo como un bebé -soltó una risita nasal-

Lo eres cariño... Mi primer bebé... -besé su frente- ¿Quieres comer algo?

No tengo hambre... Yo... -trago saliva con dificultad- Perdí el apetito

Bien... cuando tengas hambre puedo cocinar algo

Gracias mami...

¿Y tus hermanos?

Siguen durmiendo, se desvelaron jugando anoche

Bien... ¿harás algo hoy?

Salir... A trabajar

¿Abren también hoy?

Si, la dueña no descansa -dijo sentándose sobre mis piernas- Todo el tiempo quiere que esté atento

No trabajes demasiado ¿está bien?

Me gusta ayudarte con las cuentas

Eres un gran niño -acaricié su mejilla- ¿Qué te pasó aquí?

Ohhh... El entrenamiento, manos de mantequilla -dijo tocando un moretón en su pómulo-

Estará mejor -sonreí-

Vino de nuevo a buscarte tu amigo...

Ya se cansará -me encogí de hombros-

Deberías salir, a distraerte

Lo voy a pensar, ¿está bien?

-asintió con la cabeza- Yo... Chris... No... Ge...

¿Qué? -reí-

Gerald, me prestó su auto... Por el clima dijo que sería más fácil llegar a tiempo al trabajo

Bien, sólo conduce con cuidado

Claro mamá -sonrió- Bueno... -suspiró y vio su teléfono- Debo irme, prometo estar comunicado

« Nigromante »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora