Capítulo 21: Malas lenguas

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Capítulo 21

Malas lenguas



A la edad de catorce años, Darius Settleres ascendió al trono como emperador de las tierras de Obsidian, tras la muerte de su padre, quien se había convertido en un renacido.

Al principio, el joven mantuvo la serenidad, pero los repetidos intentos de homicidio aumentaron su desconfianza.

Nada en esta vida es más sublime que obtener el poder, pero el joven emperador no era un muñeco de trapo fácil de desechar.

La traición del General del Sur aún permanecía envuelta en sombras.

Su tío, Otto Pillon y su único primo, Javier, quien era como un hermano para él, mantenían un vínculo fortalecido. El cual el propio Linxz envidiaba.

La última familia materna que le quedaba, representaba una pequeña caricia reconfortante del amor de su madre. La emperatriz, que falleció cuando él tenía apenas seis años de edad.

Aunque el poder que poseía el Templo del Sur, era inferior al del Templo del Norte, aún era útil.

El antiguo general del Sur le reveló al joven emperador que, la traición del sumo sacerdote y los ancianos, fue a causa de que cayeron bajo un control colectivo a manos de "Sin Nombre".

Darius, devoto e inocente, siendo uno de los pocos familiares vivos, depositó una confianza ciega en su tío.

A pesar de que nunca se pudo desmentir este hecho, ya que fue corroborado por el antiguo dueño de la torre de magos, el emperador lo acepto.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el veneno de la duda carcomía sus entrañas.

Alguien quería deshacerse de él.

Inicialmente, enviaron asesinos en ocasiones esporádicas, y luego la persona que lo crió y cuidó envenenó su comida.

Mes tras mes, la vida del emperador era incierta.

Dos años después, a sus dieciséis años, comenzó a investigar al margen de los ojos de su tío, y ahí fue donde emergió la verdad.

El nombre de Otto Pillon surgió entre los documentos encontrados en el Templo del Sur.

Su tío era un traidor.

Después de que rodaran muchas cabezas, la única que se salvó fue la de su querido primo, ya que su nombre no estaba entre los conspiradores. Javier, aquel con el que se crio y que solo era mayor por cuatro años, fue considerado inocente.

Pero Darius ya no era ingenuo.

Es preferible atar a un animal de carácter dudoso, y controlarlo desde la correa que tengas en tu mano.

Fue así, que contra todo pronóstico, el hijo del traidor se convirtió en su General.

Luego de la parafernalia propia de su recibimiento, Darius y Javier ingresan al despacho privado.

El General se movía con una confianza natural por la habitación.

— ¡Vaya, vaya! ¡Qué interesante escena! —exclama con tono sarcástico y una risa juguetona que resonaba en la habitación—. Parece que el cachorro que recogiste entre los escombros se olvida quien es su superior, ¿no es así?

 Parece que el cachorro que recogiste entre los escombros se olvida quien es su superior, ¿no es así?

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La santa debe morir// En Corrección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora