El sol, como un fulgor radiante, pinta el cielo con su cálido resplandor, desparramando destellos dorados entre las hojas de los árboles. Este claro seleccionado para descansar se ilumina con una luz intensa, creando un juego de sombras y destellos en el suelo. En este rincón bañado por la luz matinal, el emperador se yergue con majestuosidad, listo para dirigirse a sus hombres y a aquellos seleccionados por su primo.
—Caballeros, la hora de desentrañar los secretos que yacen en la penumbra ha llegado —exclama Darius con fuerza, su mirada reflejando la intensidad de su propósito—. Nos dividiremos en dos grupos. Unos viajarán junto a mí, y los otros acompañarán a Philip. La observación y el reconocimiento son nuestro deber, desde el amanecer hasta la oscuridad. Observemos con agudeza y recordemos cada detalle.
Los caballeros asienten con solemnidad, conscientes de la gravedad de la tarea que se les encomienda y con un sentimiento de orgullo indescriptible al compartir este momento junto a su emperador. Con la instrucción resonando en sus oídos, los grupos se separan con determinación.
Las tres personas que se quedan en el campamento son testigos de la escena.
Maurice, con la mirada cargada de satisfacción, contempla la imponencia que su señor irradia. Enoc, por su parte, permanece serio y con los brazos cruzados.
Milennia, reconoce que la charla motivacional fue decente. Se mofa en su interior, piensa que si la hubiera escrito ella, esos sujetos estarían llorando de la emoción.
El día transcurre con calma para este trió, trabajan en conjunto. Levantan las tiendas para pasar la noche, elaboran la comida para los que partieron temprano.
Entre charla y charla la mujer corrobora lo que había concluido hace un tiempo.
El libro llena automáticamente los vacíos para preservar su orden natural. Las palabras constituyen la esencia mágica que configura la realidad del libro. Cada frase, diálogo o acción no solo comunica información, sino que también desencadena reacciones en el tejido de este universo. Eventos que pueden tener consecuencias significativas y, a menudo, impredecibles.
En cierta forma, el libro debe mantener un equilibrio y coherencia para preservar su existencia. Cuando se detecta un vacío en la trama, este es llenado. La detección de una variable conduce a la creación de nuevas circunstancias para que el alma del libro no se pierda.
Si el alma se pierde, el cuerpo muere.
Este proceso es solo un método de supervivencia.
La trama se desenvuelve inexorablemente hacia su conclusión inevitable.
"La muerte de la santa" tiene un solo final, una sola razón de ser.
La Santa debe morir.
El emperador, debe sufrir.
Una expresión desagradable invade el rostro de la mujer.
¿El emperador sufriría por ella? ¿Darius la amaría?
No, imposible.
Llego a la conclusión de que este hombre era tan OOC* que nunca tendría esos sentimientos. El protagonista que había creado era despiadado, con una fuerte ambición, y gran desprecio hacia aquellos a quienes consideraba inferiores. No dudaba en usar tácticas despreciables para alcanzar sus objetivos y veía a los demás como peones en su intrincado juego de poder. Claro, fue un niño sumergido en las traiciones, ¿Quién no seria así?
Pero debía tener un punto a favor, así que lo había dotado de un sentido de empatía hacia su pueblo y siempre ayudaría a aquellos que considera merecedores. Cuando conoció a Milennia, el gran poder del guion hizo que se enamorara de ella, pero esta era devota a Elysiam así que nunca lo acepto.
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La santa debe morir// En Corrección
FantasyUna Autora que transmigra a su mediocre y nefasta novela. ¡Esa autora decide morir! -Disculpe, sensual y atractivo protagonista podría dejarme en paz. ಠಗಠ -Lo siento, debe morir al final. -Tranquilo, le ahorro las molestias. -Una pena, pero la nec...