Una parte de mí no estaba sorprendida de las atribuciones que Liam se tomaba al cuestionar mis acciones... claro, eso no significa que no sea molesto y completamente absurdo.
-No tengo porqué darte explicaciones –respondo al fin, ignorando la intensidad de su mirada.
-Yo no pedí ninguna explicación –se encoge de hombros como si no estuviese intentando molestarme.
Y claro, ahí tiene un punto válido. En ningún momento me pidió una sola explicación, no había un motivo para responder a sus comentarios insinuantes.
Liam sólo estaba siendo Liam.
-Entonces... ¿por qué tú... -Dios. ¿Por qué continúo hundiéndome cada vez más?
-¿Yo...?
-Olvídalo –exhalo cansina. Éste sin duda no es el momento para continuar una discusión con él. Hoy realmente ha sido un día largo, y bastante agradable como para terminar argumentando cosas sin sentido a una persona que no posee el mismo sentido común.
-¿Te digo algo? –cuestiona acercándose un poco más a mí. Instintivamente doy un paso hacia atrás, recibiendo un pequeño golpe en mi espalda baja a causa de la encimera... es como si estuviese acorralada-. Ni yo mismo me entiendo –continúa, sosteniendo mi mirada, aunque de algún modo la suya se ha ido a algún otro lugar.
-¿Qué? –estoy más allá de la confusión. Su respuesta no me dice absolutamente nada.
-No me entiendo, no entiendo qué está sucediendo –responde exasperado–. No entiendo cómo es que tú...
-¿Cómo es que yo...? – de acuerdo, ahora yo soy la razón de su ceño fruncido. Eso me quedaba medianamente claro.
Su mirada se desvía como si el piso de mi cocina fuese lo más interesante de todo esto. Como si de algún modo yo pudiese entender qué es lo que realmente está sucediendo en este momento lleno de confusión.
-Yo...-nuevamente su mirada se encuentra con la mía, acercándose unos centímetros más, acorralándome entre la encimera y la nueva muralla cuyo nombre es Liam–. Tú –lleva su mano a mi mejilla, acariciándola delicadamente... y juro que en éste momento todo lo que puedo percibir es una ligera chispa propagarse en mi rostro, partiendo de la mejilla en que Liam continúa ahuecando. Ahora me percato de lo que sucede... Liam me está tocando... ¿Qué? Reacciona _____, Liam está acariciando tu mejilla. Tal vez quiera golpearte... tal vez quiera desfigurarte el rostro... Tal vez, sólo tal vez...
Estés tan sorprendida y tan conmocionada al sentir su tacto, al sentir la piel suave de Liam en tu mejilla.
Al tener que aceptar que te estremeciste y que ha sido una de las mejores caricias que has recibido, por parte del chico al cual... <<detestas>>.
-Tu piel es tan suave –susurra sin deshacer su agarre-. Justo como lo imaginé –en un segundo su aliento impregnaba mi rostro; un muy agradable y mentolado aliento exhalado por unos labios peligrosamente cercanos.
-Liam –murmuro al apoyar las manos en la encimera, mi cuerpo de cintura hacia arriba estaba prácticamente sobre el tostador. Mierda. ¿Dónde quedó mi cordura al pronunciar su nombre del modo en que lo hice?
-_______- responde arrebatándome nuevamente mi espacio personal. Sus labios se encuentran nuevamente a solo unos centímetros, y son todo en lo que puedo pensar; el grosor de su labio inferior, algo que se podría catalogar como "mordible". Dios, no debo catalogar sus labios... pero es en la parte en la que he logrado concentrarme y si él se moviera solo un poco más podría comprobar mi teoría de...
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El ¿Odioso?... Amigo de mi hermano. (Liam Payne).
FanfictionTal vez yo era una inmadura... tal vez él también y tal vez era eso... la edad. ¿Qué pasa cuando crecemos? ¿Seguiremos sin soportarnos?, o la edad y los cambios... ¿cambiarán nuestra relación? De ser un odioso niño a ser un buen amigo... ¿o algo más...