XXIII

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Las cosas entre Is y Harry comenzaban a tornarse interesantes; tanto Niall como yo pudimos percatarnos de ello cuando Harry apareció en el umbral de nuestra clase de francés, luciendo como la viva imagen de la felicidad y la buena voluntad... dada la temprana hora del día. Quiero decir, nadie es tan feliz a estas horas de la mañana.

-Hey ______, dime, ¿las cosas se pondrán difíciles en cuanto llegue a casa?

Dejo de jugar por un momento con el cabello de Ise, mirando con confusión al oji-verde.

-Ya sabes, ayer llegué tarde a casa y no había señales de él. Después me di cuenta de su pequeño olvido de llaves y de cómo no apareció durante toda la noche. Tía Karen estuvo un poco loca hasta que pudo hablar con Jay –Harry procura hablar lo más pausado que le es posible, permitiéndole a mi cerebro poder despertar.

Ah, cierto.

Is voltea ligeramente, mirándome sobre su hombro con una suspicaz expresión, prometiéndome a través de éste gesto un constante y doloroso interrogatorio en cuanto estemos solas.

-Así que... -Harry enarca una de sus cejas, a la espera de cualquiera que sea mi respuesta.

-Él se quedó dormido en el sofá –respondo evasiva, recibiendo una pequeña sonrisa de parte del rizado.

-Eso ni siquiera me sorprende –afirma golpeando juguetonamente mi hombro. Niall esboza una sonrisa divertida.

-No vayas por ahí, Harry. Él se quedó muerto y no había poder sobrehumano que lo pudiese mover de ahí.

-¡De acuerdo de acuerdo! Te concedo eso, tu ganas –asiente poniendo sus palmas en alto, luciendo falsamente rendido. Is comienza a reír dedicándole una pequeña mirada al pequeño farsante.

-Dejemos de molestar a nuestra querida ______, y centrémonos en el problema que discutíamos en un principio –interviene Niall restableciendo el orden. Podría abrazarlo en estos momentos, o bien, podría darle un brownie en el almuerzo.

-¿Ah sí? ¿Y cuál es ése problema? –pregunta Harry luciendo nuevamente interesado. Is le dedica una furibunda mirada al rubio sentado detrás de Harry.

-Si quieres saber, deberías preguntárselo a Ise.

La atención de Harry se fija nuevamente en una recientemente sonrojada Ise; sus brazos están cruzados por encima de su pecho haciéndola lucir como una pequeña niña obstinada.

-¿Qué pasa, Ise? –ésta vez el tono de voz de Harry es más bajo, cálido incluso... de cierto modo esto se torna íntimo. -Vamos, puedes decirme –continúa, mostrando una confiable sonrisa.

Vaya, esa sonrisa la puede apreciar cualquiera. ¿No?

-Es realmente... vergonzoso –murmura bajando la mirada a las blanquecinas páginas de su libreta; Harry sigue éste mismo movimiento con sus sensibles y verdosos ojos.

-Dilo –insiste.

-Oh Is, no es la gran cosa –interviene Niall palmeando a Harry, éste último ni siquiera se inmuta ante el masculino gesto.

-Es cierto –continúo, inspirando un poco de confianza, mis dedos se dirigen a la parte posterior de su cabeza; acto que sé, relaja a mi nerviosa amiga.

-Sé que no es la gran cosa, pero de igual modo es algo vergonzoso –exhala levemente, su cuerpo libera una pequeña cantidad de presión mediante ese gesto.

>>No soy muy buena con el francés, Harry –admite elaborando unos cuantos garabatos en su libreta. El oji-verde luce levemente confundido, una leve arruga surge entre sus cejas, en busca de una corroboración...asiento levemente.

El ¿Odioso?... Amigo de mi hermano. (Liam Payne).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora