Miro nuevamente con los ojos entrecerrados al Señor Gere; su grisáceo pelaje está desgastado, ha librado muchas batallas de almohadas, abrazos cargados de malestares y miedos nocturnos, sin contar las constantes estadías dentro de la lavadora... El Señor Gere me devuelve la misma mirada vacía que he contemplado con el pasar de los años.
Quizá no sea tan buena idea llevarlo a la habitación de Lou después de todo.
Sonrío cansina depositando al fiel conejo de felpa sobre mi cama, prometiendo regresar pronto con él, segundos antes de tocar titubeante la puerta al otro lado del pasillo.
-Adelante - responde aclarando su garganta. Giro la perilla aún dubitativa, vamos Katherine... No es la primera vez que apareces a mitad de la noche en la habitación de tu hermano.
Lou sonríe del mismo modo en que sonreí al raído conejo. Su rostro luce cansado y sus ojos tienen el mismo tono de tristeza que vislumbré horas atrás. Me observa ladeando su rostro, como si estuviese buscando algo en la palma de mis manos.
- ¿Qué sucedió con el Señor Gere? -un hoyuelo se forma en la comisura izquierda de sus labios, le devuelvo una sonrisa burlona.
-Creo que ya estoy algo grande para traer un conejo de felpa ¿no crees? -Mi hermano se encoge de hombros, intentando lucir desentendido.
- ¿Cómo podría saberlo? No he estado aquí para darme cuenta de ese pequeño detalle.
-Si, bueno. ¿Quién es el culpable de ello? -digo esto ultimo en voz baja, obteniendo una ceja enarcada por parte del oji-azul, ahora sé que sigue teniendo oído de vulcano.
Si, esto está saliendo muy distinto a lo que imaginé.
- ¿Quieres pasar? Por mucho que me esté gustando esta conversación contigo en la puerta, mis brazos no están muy de acuerdo -me siento victoriosa, por un momento pensé que tendría que volver con el Señor Gere.
Hago una reverencia, cerrando la puerta detrás de mí, emprendiendo una mini carrera hacia la cama, impactando instantes después con su costado. Lou finge una expresión de dolor simulando quedarse sin aire.
Pongo los ojos en blanco reprimiendo una sonrisa, a veces olvido lo exagerado que puede ser. Me permito robar la almohada debajo de su hombro, acomodándola detrás de mi cabeza, todo esto mientras Lou me mira entretenido... Es mi turno de enarcar una ceja.
-No recuerdo que antes fueses tan acaparadora -murmura reacomodando las almohadas descartadas debajo de la cama
Ambos permanecemos en silencio, el sonido de las manecillas del reloj de pared es el único ruido dentro de su habitación... Probablemente este es uno de los momentos más reservados que hemos compartido y nos encontramos conscientes de ello, pero ¿qué podríamos decir? A sabiendas de la partida de Ian, la conversación de regreso a casa fue encabezada por Liam y Harry, ninguno de nosotros teníamos mucho que aportar, puesto que nuestros pensamientos se encontraban enfrascados en una profunda tristeza.
Liam lo notó.
Era difícil saber si sus ojos miraban con cautela a su mejor amigo debido a la noticia que recibió por parte de Ian o si solo se encontraba nervioso por la situación que aconteció minutos antes de reunirse con Lou.
Misma que me involucraba.
Lou exhala llamando mi atención, sus ojos miran fijamente el techo de la habitación y a pesar de que su cuerpo está a mi lado, sus pensamientos están a kilómetros de aquí. Probablemente solo estoy especulando sobre los sentimientos que pueda tener por Ian, pero lo que puedo asegurar es que no solo está preocupado por lo que yo pueda sentir con su ausencia.
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El ¿Odioso?... Amigo de mi hermano. (Liam Payne).
FanfictionTal vez yo era una inmadura... tal vez él también y tal vez era eso... la edad. ¿Qué pasa cuando crecemos? ¿Seguiremos sin soportarnos?, o la edad y los cambios... ¿cambiarán nuestra relación? De ser un odioso niño a ser un buen amigo... ¿o algo más...