XXI (parte I)

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Al caminar por uno de los angostos pasillos del colegio creo escuchar mi nombre a lo lejos –o eso puedo suponer-, quizá sea alguien más... Dios, no lo sé. Desde ésta mañana estoy en modo zombie; ni siquiera recuerdo haberme bañado, tan solo sé que después de unos minutos dentro de la ducha logré envolver una toalla alrededor de mi pecho, con el cabello goteando, impregnado de un fresco olor frutal.

La parte consciente de mi cerebro sólo sirve para evocar los sucesos de la tarde anterior; es como si mi mente no pudiese evitar pensar en aquel beso imprevisto... como si hubiese pasado en un período de tiempo que jamás ocurrió.

¿Por qué diablos no puedo dejar de pensar en ello?

En esa cercanía que compartimos, sin siquiera preverlo. Un acercamiento extrañamente natural, como si yo lo atrajera de una forma extrañamente física, e independientemente de mí físico.

Tal vez ya necesitaba un novio, tal vez necesitaba una escena como la de ayer para darme cuenta de que no he tenido una relación desde hace... bueno, nunca. <<Gracias Niall y Zayn>>.

Debe ser eso, estoy a un paso de caer a los encantos de Liam... No, estuve a un paso de caer... lamentablemente, lo di y me sumí en la profundidad de la atracción y la oscuridad que significan esos gruesos y rosados labios.

La cocina fue testigo de mi pelea interior: cordura VS hormonas; no hace falta decir quién venció a quién.

Malditos ojos, malditos labios, maldito Liam.

¿Por qué no sólo sale de mi mente, de mis pensamientos y de cómo estos actúan a través de mis hormonas?

Soy un lío de hormonas, eso soy.

-¡______! –escucho aquella voz nuevamente cada vez más cerca de mí. Ise tenía una expresión llena de exasperación al llegar a mi lado. Al desviar mi mirada a un lado de ella puedo vislumbrar a una chica alta de cabello negro lacio, cuyo largo caía sobre sus hombros, resaltando la blanquecina piel de su rostro. En tanto sus ojos color chocolate, hacían juego con las discretas pecas visibles en el puente de su redondeada nariz. Una chica bastante linda, del tipo de belleza discreta y dulce.

>>¿Se puede saber por qué andas como un zombie, sin hacerme caso? –Ise capta mi atención nuevamente, enarcando su delineada perfecta ceja.

-Disculpa Ise, ésta mañana la he iniciado completamente en blanco.

-Ya me contarás por qué –asevera señalándome con su dedo índice-... pero antes, debo contarte las buenas nuevas, ya sabes; antes de que se me olvide –se encoge de hombros antes de sonreír con un ligero rubor en sus mejillas.

-Suéltalo, pero antes... -volteo hacia la desconocida pelinegra. Por un momento casi me olvido de su silenciosa presencia.

-Oh, ¡qué vergüenza! ______ te presento a Dominique.

-Didi –corrige con unas adorables sonrosadas mejillas.

-Sí, Didi, ella es una de mis mejores amigas: ______.

-Mucho gusto –respondo depositando un beso en su mejilla.

-Igualmente, _____.

-¿Y bien? –cuestiono sonando medianamente cortante. Didi e Ise no logran percatarse de ello.

-Bueno, tu última clase es deportes, ¿no? –oh, ese es su tono especulativo. Ésta historia será larga.

-¿Eres boba? Isela, sabes que sí, ya que en la última clase estamos Zayn, Niall, Ian, Harry, tú y yo.

-Y Didi –agrega.

-Directo al punto, Is –murmuro al poner los ojos en blanco.

-Bueno, sucede que nuestra última clase es con nuestro poco ágil entrenador Bolton, ¿no? –asiento nuevamente, ella no estaba dirigiéndose a ningún punto-. Bueno...

El ¿Odioso?... Amigo de mi hermano. (Liam Payne).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora