11. Gradas

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Capítulo 11

Gradas

ARA

Él enfado inicial, se me pasa en cuanto analizo la situación. La verdad estar en el entrenamiento de la selección española es una oportunidad única. Literalmente ni en mis mejores sueños. Y además ha sido exageradamente fácil.

Es como si hubiera sido una ocasión caída del cielo. Una señal. No puedo desaprovecharla poniendo morros y estando enfadada porque el motivo para estar aquí sea una vecina acosadora y un enfadón jugador del Barsa.

Igual si los equipos de prensa no están muy ocupados, tal vez, incluso pueda acercarme y hablar con ellos. Nunca viene mal hacer contactos.

—Entonces, ¿eres del Atleti?—dice Mario mientras buscamos un asiento en una de las gradas de abajo. El estadio en el que entrenan está en las afueras de la ciudad, y es bastante amplio.

Miro hacia abajo, mi outfit es una camiseta del conjunto roji-blanco y un par de shorts vaqueros. Creo que es bastante evidente el equipo que apoyo. Ahora que lo pienso, tal vez no lleve la indumentaria más apropiada para estar aquí. Pero cierto es que el evento me ha pillado completamente por sorpresa.

Si no, Lucía e Inés se hubieran encargado de darme una buena capa de chapa y pintura antes de salir por la puerta.

—Si.—respondo obvia.—¿Tú prefieres Sevilla o Betis?—le pregunto siguiendo la pequeña conversación que hemos empezado. En realidad, lo poco que pude conocer a los chicos ayer me cayeron bien. Y ahora que Mario ha decidido intimar con mi compañera de piso, tal vez no este de más ser agradable.

—La verdad es que Betis, aunque simpatizo bastante con el FC Barcelona. —sonríe.—Gavi y yo somos amigos desde hace muchos años, y desde que entro en la Masía le hemos seguido y apoyado. Así que ahora somos un poco fans.— me explica. —Asumo que tú eres de Madrid.—me pregunta.

Hay un par de personas más en la grada, familias de los jugadores. Estos nos miran curiosos, como tratando de localizar de parte de quien venimos. Una chica rubia llama mi atención, parece la mujer de Morata. Dios mío que me da un algo como sea ella.

Disimula, Ara, disimula.

—Sí, de Madrid de toda la vida.—le respondo de pronto nerviosa. No quiero dar el cante, porque si Alice, la mujer del futbolista está aquí, ¿Quién me asegura que no haya más personalidades entre los espectadores?

El entrenamiento empieza y vemos como los chicos salen al campo. Estoy emocionada, ni en mis sueños más locos me imaginaba que esta iba a ser mi vida. Mi yo de pequeña está dando saltitos de emoción.

—Entonces—no sé muy bien cómo sacarle el tema, pero la curiosidad me mata.—¿Qué tal fue la noche con Inés?—le veo ponerse un poco rojo y carraspear con vergüenza.

Bueno, curioso. ¿Eso es una buena señal verdad?

—Bien. La verdad es que es una chica muy agradable y desde luego guapa.—me dice aún muerto de timidez. El chico con el que conversaba hace unos minutos parece haber desaparecido bajo unos mofletes completamente rojos.

—Pero, ¿Cómo os conocisteis? Inés desapareció y lo siguiente que se es que estabais en el reservado. —le pregunto. En cualquier momento me manda a la mierda, ya verás.

—Confieso que me fije en ella cuando estabais en el Kebab, así que cuando luego os vimos en la cola de la discoteca y nos fijamos en que saludabais a Gavi pensé que me podía acercar a presentarme.—empieza —Y luego pues, supongo que nos gustamos.—sigue explicando.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora