50. Feria

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Capítulo 50

Feria

ARA

Nunca antes había estado en la feria de Sevilla. Hay muchísima más gente de la que me esperaba encontrarme. El ambiente huele a albero, a caballo, a vino blanco y a flores. Se escucha flamenco en todos los rincones, las mujeres llevan vestidos preciosos hasta el suelo y flores coloridas en la cabeza.

Esa fue mi impresión de ayer. Y es tal y como siempre lo había visto en televisión.

No sé cómo de buena idea ha sido acceder a venir. Aún no me termino de acostumbrar a la fama y me da miedo que la gente empiece a armar revuelo a nuestro alrededor. Pero con tantas personas y varios famosos por aquí, tampoco tengo la sensación de que el futbolista y yo vayamos a llamar la atención de todo el personal.

—Estas guapísima.—sonríe Aurora, la hermana de Gavi me ha hecho un recogido en el pelo para que me sienta más integrada. La flor me la ha colocado como ha podido, pero mi pelo no hay quien lo aguante y no para de resbalarse hacia un lado. Veremos si aguanta hasta el final de la velada.

No hay cosa que odie más que no encajar en un ambiente por cómo voy vestida.

—Gracias.—sonrío a mi imagen en el espejo. La madre de Gavi nos mira desde el marco de la puerta.

La he conocido esta mañana y ha sido súper amable conmigo desde el primer momento. Y eso que yo estaba entre nerviosa y al borde de un ataque de pánico. Por mucho que Gavi diga que yo ya no puedo ponerme nerviosa con nada.

Es una mezcla perfecta entre Gavi y Aurora. Luego esta su padre, que también ha resultado ser un amor pese a esa fachada seria que tiene. Les he adorado a los dos desde el minuto uno que he pisado su casa.

—¿Nos vamos?—pregunto levantándome de la silla. Llevo un vestido sencillo que hace juego con mi tez clarita. No hace demasiado calor, pero si el justo como para que mi atuendo sea perfecto. Inés ha venido conmigo, solo que ella está ahora mismo en casa de Mario, viviendo una situación bastante similar a la mía.

Nos hemos pasado todo el viaje en coche atormentando a Gavi de lo nerviosas que estábamos, pero por suerte nos ha tenido paciencia. Eso y que la mitad del viaje he conducido yo, así que corría el riesgo de quedarse abandonado en una gasolinera si se metía demasiado con nosotras.

En el pasillo esta Gavi, vestido con su traje y un clavel en el bolsillo. Dios mío, esta guapísimo.

—Cierra la boca, que se te cae la baba.—le regaña su hermana. Aunque también me podría haber dirigido esa misma frase a mí.

—Te queda muy bien.—me dice con una sonrisa de oreja a oreja, esa que pone que recuerda a un niño pequeño.

—¿El qué?—me hago la tonta.

—Todo.—me da un beso en los labios y los dos nos dirigimos a la salida de la casa. Es hora de que nos vayamos ya. Me da miedo la cantidad de gente que hay, pero supongo que Gavi que ya está acostumbrado a esta situación no va a dejar que me agobie.

Además, que por surte no estoy sola. Agradecida con Inés por haberse ofrecido a venir conmigo, aunque está claro que lo ha hecho por ver a su novio y no por hacerme el favor. Pero eso son detalles menores.

—¿Te han dicho algo ya?—es el tema de conversación de los últimos días, y llevamos discutiéndolo en el piso y en cada momento que tenemos. Necesito averiguar ya que voy a hacer al año que viene y donde voy a estar.

Por un lado, no quiero estar lejos de Barcelona. Por otro lado, ahora que se ha destapado mi identidad, tampoco sé cómo de beneficioso es que siga vinculada al club. No quiero que la gente piense que estoy ahí por enchufe. Estoy donde estoy gracias a mi trabajo, no a que un futbolista de éxito sea mi novio.

También está la opción de volverme a Madrid, donde hay otros equipos importantes, como el Atlético de Madrid. Todos sabemos que me encantaría trabajar allí, pero claro, estaría lejos de Gavi, y de Pedri y el resto.

No sé qué hacer. La cuestión me atormenta todos los días y va a seguir siendo así hasta que tome una decisión.

—Aún no. Sigo igual que ayer y que los otros días que me has preguntado.—Inés pone los ojos en blanco y vuelve la atención a su novio. Están tan enamorados que dan asco, ¿quién diría que se conocerían de casualidad por hacer un comentario estúpido sobre el Kebab?

En fin, en realidad les pega. Los dos son bastante así. En el buen sentido digo.

—¿Lista?—Gavi me abre la puerta del coche y deja un beso en mi frente cuando llegamos. Tan caballeroso como siempre.

—Estoy muerta de miedo.—respondo.—No sé si eso te vale como respuesta.

—No te preocupes, tu céntrate en pasártelo bien y déjate llevar.—me da la mano y juntos echamos a andar por el suelo naranja de albero, hacia la caseta de la feria donde están todos sus amigos de Sevilla y su hermana. Va a ser mi presentación oficial en Sevilla. Me siento como un nuevo fichaje en un club.

Dios mío, estoy demasiado relacionada con el futbol. En qué momento comparo conocer a los amigos de mi novio con ser futbolista. Que alguien me frene.

—Soy Ara.—todos me saludan con dos besos, hasta las chicas son amables conmigo y ninguna me trata como si fuera una famosa ni nada. Que tampoco lo soy, pero como en los últimos tiempos acumulo una cantidad considerable de seguidores en Instagram pues...

Sí que es verdad que por el camino muchas personas nos han parado para endrinos fotos, sobre todo a Gavi, pero nos hemos portado y con una sonrisa nos las hemos hecho. Me siento experta ya en el tema de la fama.

Nos pasamos toda la tarde bailando. El alcohol no está permitido, porque ahora que somos dos personajes públicos no nos pueden ver ni bebiendo ni borrachos, lo cual en mi opinión le quita un poco la gracia. Pero bueno, son normas desde arriba y hay que cumplirlas.

Gavi me da vueltas entre sus brazos, me besa y me cuida como una princesa toda la noche. Más de una vez me frena, porque sabe que nuestros besos fogosos fácilmente se convierten en algo más, pero bueno, los dos sabemos lo que va a pasar cuando lleguemos a casa y estemos lejos de la mirada del resto.

—Sabes una cosa.—me susurra en medio de la pista de baile.

—¿El que?—pregunto en su oído. Siempre me acaba sorprendiendo con sus comentarios, esto podría ser el mejor chiste de la historia o la mayor tontería jamás dicha.

—Te amo.

Esto sí que no me lo esperaba.

—Yo también te amo.—le respondo, firmando nuestra promesa con un beso. Porque si algo tengo claro, es que a pesar de todo lo que ha pasado en las últimas semanas, Gavi es mi persona.

Y voy a pasar con él el resto de mi vida.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora