Capítulo 46
La verdad
GAVI
El día de hoy está acabando con mis nervios. El entrenamiento está siendo largo, más de la cuenta, porque en el partido del fin de semana no obtuvimos los resultados que deberíamos.
Es decir, ganamos, pero no todo lo bien que tendríamos que haber ganado.
—No puedo más.—jadeo al lado de Lewandoski, que es el que está haciendo los esprintes conmigo.
—Eso no me vale en un partido.—responde comenzando a correr de nuevo. Sigue siendo igual de padre que siempre.
En otras palabras, que deje de quejarme y siga corriendo. En fin.
—Vamos Gavira.—Ansu me grita desde su ejercicio, tampoco mejor que el mío. Pases en relevos. Estamos jodidos todos.
Sabemos que este entrenamiento está siendo una especie de castigo porque lo que estamos corriendo no es una cantidad normal. El míster está exprimiéndonos a tope. Quiere sacar todo de nosotros y recordarnos que si no lo damos todo en los entrenamientos no podremos darlo todo en el terreno de juego.
Además, ahora cuando salga tengo una reunión con Clara para la campaña del miércoles. Un día completo, en otras palabras.
Cuando acabamos el entrenamiento, me doy una ducha larga en el vestuario. Tengo los músculos tensos y la cabeza llena de pensamientos, así que es el agua templada quien me ayuda a relajarme.
—¿Estás bien?—me pregunta Pedri al rato. El amigo más atento del mundo.
—Sí, solo cansado. Este entrenamiento me ha matado. Y encima ahora tengo reunión con Clara.—me quejo secándome el pelo con la toalla.
—Entonces subo contigo, así aprovecho y saludo a Ara.—asiento con la cabeza ante su comentario. En teoría Ara y yo íbamos a decirle hoy que estamos juntos. Ese es otro de los motivos por los que estoy extremadamente nervioso.
Veremos que tal sale la jugada.
—Está bien. Dame cinco minutos.—termino de vestirme y recoger mis cosas. Dios mío el baño de hielo que me voy a dar en cuanto llegue a casa me va a saber a gloria.
Espero.
Subimos juntos hasta la zona de oficinas, donde me dirijo al despacho en el que está Clara mientras veo como Pedri se gira hacia la zona en la que suele estar Ara. En teoría esta con el ordenador, porque antes me ha mandado un selfie respondiendo emails.
Trabajando duro, desde luego.
—Me ha dicho Ara que ya habéis hablado de esto, así que la reunión debería ser rápida.—me explica mi manager mientras tomo asiento.
Que chica más eficiente.
Cuando por fin voy a casa, me pongo a estirar y como algo. El entrenamiento de verdad que se ha sentido como el infierno.
Le escribo un mensaje a mamá para avisarla de que todo bien y luego me siento en el sofá. Confío en que la reacción de Pedri a lo que vamos a contarle sea tranquila, pero uno nunca sabe al cien por cien como van a ser las cosas. Estoy tenso.
Por suerte el canario es bastante tranquilo.
Ara llega un rato antes que mi amigo y nos pasamos la tarde buscando la mejor manera de explicarle la situación. No damos con una que nos asegure que vaya a estar contento. Sólo podemos ser sinceros y confiar en que nos entienda.
—Como esto salga mal me voy a enfadar contigo Gavira.—me regaña la rubia, que está bebiendo una taza de café. Esta semana está siendo bastante estresante para ella en el trabajo, así que no me sorprende.
—Pero si no es mi culpa.—me quejo. En ese momento suena el timbre, Pedri acaba de llegar.
—Yo abro.—responde ella. En estos meses se ha aprendido mi casa por fin y ya no necesita que la acompañe hasta el baño porque no lo encuentra.
Fueron unas primeras semanas graciosas.
Un par de minutos después entran en el salón riéndose, como siempre. La amistad que tienen es bastante diferente a la que tengo yo con Pedri. Ellos encajan perfectamente y siempre están se risas, a nosotros las circunstancias nos han hecho hermanos.
—No sé qué os traéis entre manos con tanto secretismo, pero ¿podéis contármelo ya? No puedo con la intriga.—se queja sentándose a mi lado en el sofá. Su sonrisa calmada me parece una buena señal.
—¿Te lo contamos ya?—pregunto, a mi lado Ara esta mordiéndose las uñas.
—Que si pesados.—ojalá siga pensando igual dentro de treinta segundos.
Bueno, pues él así lo ha querido.
—Estamos juntos.—escupe Ara. Le quita la tirita de golpe, sin suavidad ni preliminares.
La reacción de Pedri es bastante graciosa. Primero pone cara de shock y luego levanta las cejas descaradamente. Es como si se lo hubiera visto venir.
—No sé qué decir.—dice rascándose la cabeza. No termino de entender si está enfadado o no. Después de unos segundos más, una sonrisa burlesca empieza a dibujarse en sus labios.—Estáis tardando en contarme los detalles. No me lo puedo creer. Mis dos mejores amigos juntos.
—Empezó en el mundial, no sabemos ni cómo ni por qué. Ya sabes que no nos aguantábamos, pero supongo que el tener que vernos todos los días hizo efecto. Y bueno, hemos decidido hacerlo oficial. No te lo hemos contado antes porque sabemos que es una posición complicada en la que estar. —le explica Ara.—No queremos ni que seas del lado de Gavi ni del lado de Ara, aunque claramente el mío es mejor.—termina la rubia.
—Me alegro mucho por los dos.—sonríe de nuevo. —Sois unos perros por no contármelo antes.—abraza Ara y le da un beso en la frente para después chocarme los cinco.
—Sigues siendo mi favorito.—bromeo.
—Y el mío.—añade Ara.
—Está un poco feo que os liarais.—confiesa.—Pero no nos vamos a engañar vuestra química se veía a kilómetros de distancia. Estoy muy contento por los dos.—se que lo dice de corazón, porque si no, no sería capaz de mentirnos.—De verdad os lo digo. ¿Se lo habéis contado a Ansu?
—Nos pilló con las manos en la masa.—confieso. Aun no se me olvida la cara de susto que puso nuestro amigo cuando Ara le amenazo con contar lo suyo con Lucía
—Encima me lo habéis estado ocultando.—le lanza un cojín a Ara que lo esquiva con una sonrisa.—Perros.
—Pero era por tu bien.—le responde la rubia con una sonrisa.—No queríamos que te pensaras que no queríamos ser tu amigo ni nada. Ya sabes que si paso mucho tiempo con Gavi me agobio.—bromea.
Bueno, misión cumplida, parece que se lo ha tomado bien.
—¿Vais a hacerlo público? Ya sabéis que Ansu se lo está pensando con Lucía.—esa es un poco la pregunta del millón. La rubia se niega, pero los dos sabemos que es cuestión de tiempo que salga a la luz. Lo mismo que Ansu en su caso.
—De momento no.—eso es lo que tenemos acordado.—Pero ya sabes cómo son las cosas, y teniendo en cuenta que Ara esta con nosotros en la oficina y en el campo no sé cuánto tiempo pasará hasta que alguien se dé cuenta.—nuestro mayor miedo, que algún empleado ate cabos y todo salga a la luz.
—El tiempo dirá.—añade la rubia.
Pasamos el resto de la tarde y luego me despido de los dos, Pedri ha decidido acompañar a la rubia a casa. Supongo que quiere hablar con ella, ya que conmigo puede hacerlo casi en cualquier momento.
Al final estamos todo el día juntos.
—Te lo dije.—me señala mi amigo mientras me despido de ellos en la puerta de casa.—Del amor al odio hay un paso.—los dos sonreímos acordándonos de aquella conversación.
Pero desde luego que me ha quedado claro, a mí, no hace falta que me lo jure.
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By chance | Gavi
FanfictionAra estudiante de periodismo, hace sus prácticas en el FcBarcelona, donde descubrirá que entre la amistad, el amor y el odio hay pocos pasos. Pablo Gavira | FANFIC EDITADA 2024