18. Roadtrip

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 Capítulo 18

Roadtrip

GAVI

No sé qué es lo que paso con Ara el jueves, después del entrenamiento de la selección. Pero fuera lo que fuese, no puedo dejar que vuelva a ocurrir. Aún no tengo claros los sentimientos de Pedri hacia la rubia y mi amistad con él está por encima de todo.

El sonrojo, el contacto y la cercanía fueron completamente necesarios. Y es por eso que no van a repetirse. Mis emociones es mejor que se queden en el no llevarnos bien. Cuanta más distancia haya entre ambos mejor.

En fin, se viene un día largo.

—No sé en qué estás pensando, pero más vale que entres en modo juego.—me regaña Ansu mientras salimos al césped. El partido de hoy es contra el Osasuna, y aunque debería ser fácil, si no me concentro las cosas pueden ocurrir de otra manera.

No puedo alejarme del objetivo, que es ganar. Fútbol como prioridad, esa ha sido mi máxima siempre y no va a dejar de serlo ahora. Es lo que me ha llevado a donde estoy.

También estoy nervioso por la selección. Nos vamos en un par de semanas a Qatar, y aún suena demasiado a locura para mí. ¿En qué momento voy a jugar el mundial? Es lo que todo niño siempre ha soñado.

Pero tengo que poner los pies en la tierra. De momento, según acabemos el partido de hoy, nos toca conducir a Pedri, a mí y a la causante de mis pesadillas hasta la capital española. No hace falta decir que no tengo ninguna gana.

Ansu me da un golpe suave en el hombro. Señal de que es hora de dejarme de tonterías y centrarme en lo que mejor se hacer. Jugar al fútbol.

Antes de que el árbitro pite el inicio del partido hecho un vistazo a los laterales, donde me encuentro con la rubia escaneando el campo. Se la ve concentrada. Lo mismo que debería hacer yo, concentrarme en mi trabajo.

El árbitro da comienzo al partido y yo me dirijo a mi lado del campo. El entrenador no deja de darnos indicaciones desde la banda. Por fin, consigo alejar todo de mi mente y solo existimos yo y el partido.

Sin embargo, el Osasuna consigue marcar un gol en los primeros minutos de partido, lo que hace que suframos toda la primera parte. Cerca del final, consigo un pase robado, corro hacia el área contraria y le paso el balón a Pedri, que con una patada perfecta marca gol.

La dupla está de vuelta.

Corro hacia el para celebrarlo con nuestra afición y delante de las cámaras, donde no puedo evitar ver como Ara sonríe a mi amigo. Pese a no ser fiel seguidora de nuestro equipo parece que también se alegra por el empate.

Menos mal, algo que hace bien.

El resto del partido sigue tenso, Lewandowski se gana una tarjeta roja y poco rato después Piqué le sigue. Por suerte, estamos entrenados para todo y conseguimos darle la vuelta al partido en los cinco últimos minutos.

Y menos mal, porque el día de hoy en el césped estaba trayéndome por el camino de la amargura. La ansiedad me está fundiendo los nervios.

Así que, objetivo cumplido. Otra victoria más para el FC Barcelona.

—Pensaba que este no lo ganábamos.—confiesa mi amigo, cuando nos acercamos al banquillo a celebrar con el resto. Yo tampoco.

—La roja ha sido lo peor, menos mal que nos matamos en los entrenamientos. Ha habido momentos que me faltaba el aire.—respondo aún con la respiración entrecortada. La tensión ha sido insufrible, menos mal que ya se ha acabado el juego.

El equipo de prensa se acerca a Pedri a acribillarle a preguntas del partido. La verdad es que es un enorme jugador, y se merece toda la atención que está recibiendo. Además, ha sido el autor del gol, que menos.

Antes de que se acerquen a mí, desaparezco por el túnel de vestuarios.

—Habéis estado geniales.—Ara esta hablando con Ansu enfrente de la puerta que tiene el logo del club grabada. Curioso, no sabía que estos dos también se han hecho amigos.

—Gracias, gracias. Es lo que tiene ser los mejores del mundo.—bromea mi amigo. Bueno, lo somos, que le vamos a hacer.

—No lo digas muy alto que te lo crees.—le responde ella con el mismo tono sarcástico de siempre. Si es que no cambia.

—¿Para mí no hay halagos?—pregunto acercándome a ellos.

—Cuando te duches, apestas a futbolistas sudado.—me responde la rubia. Acepto su respuesta y entro al vestuario. Dentro me encuentro con una celebración a la que rápidamente me uno.

Hayamos jugado contra quien hayamos jugado, siempre nos alegramos por las victorias.

Al rato llega Pedri y se cambia de ropa. Los dos nos apresuramos, es bastante tarde ya y aún nos queda una larga conducción hasta Madrid. Por suerte vamos a tomarnos turnos y siempre está la posibilidad de que conduzca Ara.

Total, vamos en el coche de Pedri, yo el mío no se lo dejo ni muerto.

—Hasta luego.—nos despedimos saliendo camino hacia el parking. Otro de los motivos por los que vamos en el coche de Pedri es que tiene los cristales de atrás tintados, así nos evitamos problemas con que vean a la rubia en la parte trasera de nuestro coche.

Que acabaría siendo conflictivo con la prensa, seguramente.

Ella nos está esperando ya allí. Mete su bolso morado en el maletero y los tres entramos en el coche. Me toca ser conductor la primera parte, lo cual no me hace mucha ilusión, pero cuanto antes me lo quite mejor.

—¡Nos vamos de roadtrip!—exclama la madrileña según salimos y conseguimos evitar los flashes de los periodistas.

—¿Tienes ganas de ir a Madrid?—pregunta mi amigo. Claro, no había caído en que para ella esto cuenta como volver a casa.

—La verdad es que sí, no solo por estar con mis amigos. También por la oportunidad. A veces me veo en Qatar.—bromea.

—Por favor no.—murmuro lo suficientemente alto como para que me oigan. La mirada asesina del canario me indica que cierre el pico.

—No le hagas mucho caso, esta de un humor de perros desde hace varios días. A saber que le pasa.—mi amigo como siempre, airea mis trapos sucios.

—Igual esta con su período—dice Ara, veo como se encoge de hombros a través del espejo.

—Gavi no está en su período—respondo más enfadado que antes.

—Pues lo parece.—ataca de vuelta.

—Gavi cree que deberías callarte.— yo no voy a ser menos que ella. Si quiere pelea, va a tenerla.

—Pedri cree que Gavi debería irse a la parte de atrás y descansar. A ver si se le pasa el enfado. Y Pedri cree que deberíamos de dejar de hablar en tercera persona. —añade— Parecemos imbéciles.

Ruedo los ojos, pero sé que tiene razón. Por un lado, no quiero estar cerca de Ara. Y por otro estoy cansado. Así que en cuanto encuentro una gasolinera paro y me cambio a los asientos de atrás.

Un olor a coco me inunda, parece que alguien se ha duchado en colonia.

Pienso en hacer un comentario, pero estoy cansado y no tengo energías para más guerra, así que simplemente cierro los ojos y me quedo dormido.

Cuando los vuelvo a abrir un rato más tarde, conductor y copilota hablan animados en los asientos de adelante. Cazo a Pedri sonriendo un par de veces más de la cuenta. Esto pinta a que a mi amigo de verdad le interesa Ara, lo cual solo puede significar una cosa.

Lo que sea que pasara el otro día no puede volver a repetirse. Y sinceramente, cuanto más lejos el uno del otro estemos mejor.

Con ese mensaje tatuado en la mente, cierro los ojos, y vuelvo a quedarme dormido.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora