12. Tu rubia

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 Capítulo 12

Tu rubia

GAVI

Los domingos entrenamos por la mañana, y luego Pedri, Ansufati y yo tenemos la costumbre de ir a una cala medio privada que no queda demasiado lejos del centro. Así podemos dar unos toques y disfrutar del agua tibia un rato, sin tener que lidiar más que con los turistas y algún que otro niño curioso. Lo cual es de agradecer. Sobre todo, después de que esta semana tuviéramos que huir de la vecina de la rubia.

Ansu, como le llamamos entre amigos, es de lo más gracioso. Aunque aún los medios no se le hayan echado encima y no esté viviendo la fama tanto como Pedri y yo, es de lo mejor que tengo en el club.

Mis amigos de Sevilla: Mario, Javi y Alex, se marcharon esta mañana en uno de los primeros trenes, ya que mañana tienen clase y deben volver a sus responsabilidades. No pueden vivir en unas vacaciones en Cataluña por siempre, para mi desgracia.

Nosotros estamos preparados ya para el partido de esta jornada contra el Villa Real, por lo que esta semana va a consistir en un par de éntrenos, volver a tener problemas para descansar y pelearme con la dieta. Tener a mis amigos cerca ha hecho que me distraiga, pero eso no quita que siga sintiendo la presión por hacer las cosas bien tanto que me impide vivir con normalidad.

La puta ansiedad y esas cosas.

—¿Vienes?—me pregunta Ansu. Es verdad que Pedri y yo llevamos más tiempo jugando juntos y por eso nos llevamos mejor, pero en estos últimos meses de pretemporada y temporada, hemos empezado a formar el trío calavera. O trío lalala como nos llaman en el vestuario. Su acento además es bastante parecido al mío, una mezcla de sevillano disimulado con catalán que sorprende a la mayoría.

—Vamos.—nos acercamos a la orilla y hacemos un par de pases tontos.

No vamos a arriesgarnos a lesionarnos, pero nos lo pasamos bien dándole toquecitos a la bola. El verano está empezando a acabarse y ya no hace el mismo calor asfixiante que hacía antes. Sin embargo, aún nos quedan un par de días buenos de playa antes de que bajen demasiado las temperaturas y se vuelva imposible.

Las ventajas de vivir junto al mar.

—¡Cuidado!—regaña Pedri a Ansu, que pierde el control de la pelotazo haciendo que ruede hacia el agua. El problema de eso y la razón por la que está tan molesto es que luego se llena de arena, y con cada patada esta te vuela a los ojos. Lo cual, he de darle la razón, es bastante desagradable.

—Perdón, perdón.—dice corriendo hacia la orilla.—He tenido una pequeña distracción.—con un golpe de cabeza indica la dirección donde un grupo de chicas jóvenes acaba de sentarse, con un plan como el nuestro. Disfrutar del sol y ponerse al día.

Si es que las grandes mentes piensan igual.

—Eres lo peor.—le respondo con un golpe de broma en el hombro. Es verdad que nos hemos labrado fama de ser los solteros de oro, al menos dentro del equipo.

Somos los jóvenes y sin novia, lo cual hace que tengamos a la mitad de las adolescentes del país detrás nuestra. Sobre todo, Pedri y yo, que con toda la atención que recibimos por ir al mundial no creo que quede ninguna chica en toda España que no haya oído hablar de nosotros. Por desgracia. Hasta hemos sido trending topic en twitter alguna vez. Cosas de mi vida que aún no logro explicarme, para mi sigo siendo el mismo sevillano de siempre.

—Tu como tienes a tú rubia.—me contraataca Ansu. Supongo que los rumores también han llegado hasta él. Los periodistas del corazón y los cotillas de TikTok han llegado demasiado lejos.

De todas formas, hablando de rubias, aún no le he preguntado a Pedir que opina sobre Ara. Tanto a Mario como a mí nos dio la impresión de que le interesaba más de la cuenta, de hecho, lo comentamos cuando llegamos a casa.

Es verdad que él ya dijo que le parecía guapa cuando nos la presentaron el día de prensa y medios, sin embargo, ahora que la ha conocido un poco más espero que se le haya pasado. La chica es linda, pero la mezcla entre ironía y el resto de su personalidad creo que chocan demasiado conmigo. Salta a la vista, que en cuanto hemos pasado diez minutos juntos hemos acabado peleando.

Por su culpa, claramente. No se sabe comportar.

—De hecho, creo que es más bien la rubia de Pedri ahora.—comento como si nada. La reacción de mi amigo es de lo más graciosa, se queda parado y pone cara de incomodidad.

Ya sabía yo. Canario, canario, te hemos pillado.

—¿Mia? ¿Por qué?—dice haciéndose el sorprendido. Ahí es cuando Ansu también se da cuenta de lo que está pasando, y se une a mí en el interrogatorio.

—¿Te gusta la rubia de Gavi?—pregunta.

—Primero de todo, que tiene nombre. —bueno, bueno.—Se llama Ara, que no se os olvide que además de persona es también nuestra compañera de trabajo.—nos regaña.—Segundo, no es de nadie.

—Tercero—le interrumpo.—Te gusta.—me gano una colleja, probablemente merecida, por parte de mi amigo.

—¿Quién ha dicho que me guste?—por su tono, deduzco que he dado en el clavo.—La chica es agradable y me ha caído bien. Lo que pasa es que aquí nuestro colega, si tu Gavi—agrega señalándome con el dedo— es demasiado desagradable.

¿Yo? Que va.

—Te gusta.—confirma Ansu intercambiando una sonrisa conmigo.

—Que no es el caso pesados, de verdad que simplemente me ha caído bien. Vosotros deberíais saber lo difícil que es encontrar a alguien que no quiera acercarse a ti por el interés.—Ahí ha dado en el clavo, sabe que los dos lo hemos pasado mal con eso.

Ansu por alguna que otra chica y yo por lo difícil que se me está haciendo adaptarme a Barcelona y compaginar mi vida en Sevilla, ya no sabes quién quiere saber de ti y quien simplemente quiere decir que te conoce.

Muchos interesados.

—Está bien, está bien. Te creo.—le digo. Supongo que en el fondo tiene razón, además Pedri es mi amigo, está claro que no tiene ningún problema en reconocernos si Ara le parece guapa o fea.

—Entonces vuelve a ser tu rubia.—me dice de broma Ansu. Imbécil.

—De verdad que yo tampoco he tenido nada con ella, ha sido un malentendido. Te prometo que son los periódicos que quieren encontrarme novia desesperadamente.—explicó por vigésima vez esta semana. Menos mal que mi madre me creyó a la primera.

—La de Pedri me la creo, pero la tuya aún suena dudosa.—contesta Ansu pasándome otra vez la pelota.

Y con eso dejamos el tema de conversación y volvemos a nuestros pases y toques de fútbol. Suficiente rubia he tenido este fin de semana.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora