49. Flashes

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Capítulo 49

Flashes

GAVI


—¿Cómo lo vas a hacer hoy?— han pasado dos semanas desde que la noticia de que Ara era mi novia salió a la luz. Aún no se han calmado los medios, pero el acoso ha disminuido. Y menos mal, porque hasta el chico de la compra a domicilio del Mercadona me hizo preguntas.

El lado positivo es que los niveles de audiencia del Barca nunca habían estado tan altos. Y bueno ahora mi novia tiene una cantidad insana de seguidores de Instagram. Si quiere, puede hacerse influencer.

Cada día más cerca de la fama.

Aunque eso a ella no le hace mucha gracia.

—Igual que siempre.—le respondo a Ansu.—Ahora cuando salgamos me pongo la capucha y listo. No me queda otra. Modo incógnito.

Los partidos de esta semana han sido una completa locura. A Ara le hicieron entrevistas mientras intentaba hacer su trabajo y en cierto punto su jefe se planteó no volverla a sacar al campo.

Pero se le fue esa idea de la cabeza porque mi novia es la mejor y la necesitan.

No os podéis imaginar la situación, la rubia preguntándole a los jugadores y un señor detrás haciéndole preguntas a ella. Se giró y todo y le pidió que parara, que estaba intentando hacer su trabajo.

Después la anécdota suena cómica. En el momento, Pedri y yo casi saltamos del banquillo a defenderla.

Estoy demasiado enamorado. Nunca pensé que lo diría, y menos cuando se trata de la rubia, pero se ha hecho dueña de mi corazón.

El entrenamiento acaba rápido y me despido de Ansu y Pedri, que como no tienen su propio club de fans que les persiguen haya dónde vayan pueden hacer vida bastante normal.

—Ánimo.—Pedri me da una palmada en la espalda. Me hace falta.

En cuanto salgo del parking con el coche, una lluvia de flashes me deja sin visión. Como sigan así voy a tener un accidente de tráfico. Me han dejado ciego.

Ara salió de las prácticas antes, y sé que le pasó más o menos lo mismo. Por lo menos ya no le siguen en el autobús, hubo un momento en el que tuvimos miedo de que la siguieran hasta casa.

Por suerte no ha pasado.

—Gavi, ¿alguna declaración que hacer?—oigo que me gritan a través de los cristales. Hombre, pues si la tuviera llevaría las ventanillas bajadas.

Sigo hacia delante y conduzco el resto del camino hasta casa con calma. Mejor no arriesgarme a tener un accidente. Estoy tentado de ir directamente a casa de la rubia, pero, aunque me haya duchado después del entrenamiento, un buen cambio de ropa no le hace daño a nadie.

Aurora me llama en el segundo que llego al aparcamiento de casa. Cómo se hizo amiga de la rubia en el mundial no para de preguntarme por ella, y menos ahora que se ha enterado de lo que ha pasado.

Obviamente se ha enterado, ¿quién no?

—¿Cómo estás hermanito? Nunca me llamas.—el acento sevillano me sorprende, estoy necesitado de unas vacaciones a Sevilla con mi familia urgentemente. Han pasado demasiadas cosas en los últimos meses y necesito un descanso.

Comida de mi madre, olor a jazmín y pasear por un sitio lejos de los turistas.

—Bien, bueno te puedes imaginar. Desde que Ara también es famosa el nivel de acoso es considerable.—la informo.

—Pero ella se lleva la peor parte.—asegura mi hermana. No sé exactamente como tiene esa información, o como ha llegado a esa conclusión. Pero el caso es que razón no le falta. En esta situación Ara es la que peor parada está saliendo.

—Si. Además, que ahora está más agobiada que nunca porque está decidido que va a hacer al año que viene. La temporada se acaba y con todo este escándalo las cosas se le han puesto aún más complicadas.—es lo único de lo que hablamos últimamente. Tiene que tomar una decisión casi ya de que es lo que va a hacer, pero las cosas se han puesto peor ahora que todo el mundo sabe quién es.

Nadie quiere contratar a una famosa. Ni a la novia de Gavi. Y a la vez todo el mundo quiere hacerlo por el caché que da. Un lío de narices.

—Me da pena. Estaba de echo pensando en subir a veros, puedo decírselo a los chicos y podemos ir juntos.—propone mi hermana.—O a mamá y papá si lo prefieres.

—La verdad es que preferiría ser yo quien vaya a Sevilla. Lo echo de menos.—sonrió al pensar en estar en mi casa. El patio, las calles, el sol...

Ojala pudiera ir más a menudo y no sólo cuando tenemos partido allí.

—Pero ya va a ser la feria de Abril, no creo que sea la mejor fecha para que vengas.—en eso tiene razón, pero la feria también es una de mis fiestas favoritas, así que ¿por qué no?

—Yo creo que es la fecha perfecta.—respondo, el plan se está formando ya en mi mente y puede que sea una de las mejores ideas del mes. Y eso que parece que últimamente no acertamos una.

—En ese caso dice mamá que invites a Ara.—oigo la voz de mi madre de fondo gritándole algo a mi hermana.—Dice que no le parece justo que todo el mundo sepa quién es y que ella no le hay conocido aún.

—Está bien, ahora se lo digo.—me da la sensación de que a la rubia esto le va a parecer o una idea de mierda o la idea del siglo. Esperemos que la segunda y que no me quiera matar y hacer picadillo.

—Vale Pablito, hablamos otro día.—me cuelga antes de que pueda decirle lo mucho que odio que me llame así. Aunque eso ya lo sabe ella y lo hace solo para molestarme.

Cosas de hermanas supongo.

Entro en casa y le mando un Whatsapp a Ara que me dice que ya viene hacia aquí. Hoy no ha tenido que huir de la vecina lo cual es un avance significativo.

También dice que se apunta a la feria de abril. Lo de conocer a sus suegros parece que le ha dado igual, creo que con todo esto que estamos viviendo ha perdido la vergüenza definitivamente.

Eso solo significa una cosa:

Sevilla, haya vamos.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora