48. ¿Quién es Ara?

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Capítulo 48

¿Quién es Ara?

ARA


Mierda, mierda y triple mierda.

Entrar en la oficina y que todos, absolutamente todos, me estén mirando es algo con lo que pensé que solo tendría que lidiar una vez. Pues me equivocaba, claramente, esta es la segunda.

—Ven, por favor.—ni dos minutos llevo aquí y Jorge me está llamando a su despacho. Esto debe ser un nuevo récord, aún para mí. Temo lo que mi jefe tenga por decirme. Sé que yo no he hecho nada mal, pero también sé que esto afecta al club. Así que...

—No te preocupes.—me sonríe Clara, lleva un café en la mano y sus palabras consiguen tranquilizarme un poco. Al menos sé que tengo un apoyo en la oficina. Lucia e Inés se han pasado toda la noche despiertas conmigo, las tres estábamos en un estado de shock que no hemos sabido manejar.

Esto no me lo enseñaron en las clases de comunicación de crisis.

—Buenos días.—intento disimular mis nervios pero fracaso increíblemente. Jorge me mira por debajo del cristal de sus gafas, como dándome a entender que así no engaño a nadie.

Bueno, una no es experta.

—Me he enterado de las noticias.—dice lentamente.—Esto no es para regañarte, ni mucho menos—añade—¿cómo estás?—cuando oigo esas palabras salir de su boca, respiro con un poco de normalidad por fin.

—No lo sé. Ni yo entiendo cómo ha podido pasar, hemos estado teniendo mucho cuidado y nadie de nuestro círculo ha podido filtrar la información. —suspiro agarrándome el puente de la nariz.—Además, no te puedes imaginar la cantidad de paparazzis que me estaban esperando en la entrada de la oficina, casi tengo que llamar a los de seguridad.

Me he sentido Selena Gomez por un segundo.

—Vamos a tener que buscar una solución a eso.—comenta anotándolo en el papel que tiene en frente. Genial, soy uno de los puntos del día con los que tiene que lidiar.

—Han filtrado hasta mis apellidos.— me quejo. Y mi cara y todos mis datos personales que han podido averiguar. La puta prensa, si no fuera mi profesión la odiaría a muerte.

—Es lo que tiene que seas una de las chicas más envidiadas del momento, muchas se morirían por ser la novia de Pablo.—razón no le falta, pero yo ahora mismo no quiero lidiar con esto. Gavi lleva toda la mañana preguntándome como estoy.

Él también ha tenido que huir de los medios, que le estaban esperando en la entrada del campo. Para los dos, la mañana está siendo complicada.

—No sé qué hacer.— temía que llegara este momento, y ahora que ha llegado no sé muy bien cómo gestionarlo. Y eso que no he parado de darle vueltas a como íbamos a hacerlo público Gavi y yo en los últimos meses.—Además hay otro tema, Ansu está saliendo con una de mis amigas, va a ser cuestión de tiempo que eso salga a la luz también .

—Paso a paso. Hoy cuando salgas que te acompañe alguien de seguridad y ni se te ocurra ir en autobús, pídele a alguien que te lleve a casa. Seguro que Clara se ofrece. Y por el resto, tómatelo con mucha calma, habla con Gavi y decidir qué queréis hacer.— sonríe.—Dicho esto, el shooting del otro día fue muy bien, quería darte la enhorabuena.

—Pf, muchas gracias. Me da la sensación que por culpa de eso se ha filtrado todo.—confieso. Y eso que íbamos con nuestra ropa de incógnito y todo el cuidado del mundo.

—Ara, no te preocupes. Por suerte los medios se tranquilizan con el paso del tiempo.—dice en un último intento por calmarme.—Ahora a trabajar vamos, y pídele eso a Clara.

Gavi me manda un mensaje en ese momento, preguntándome como estoy. Le respondo rápidamente que estoy agobiadísima, a lo que el añade que vendrá a verme después del entreno a casa.

Sé que él está casi peor que yo, pues siente que es su responsabilidad y que me ha fallado al no saber protegerme de los medios. Pero hemos jugado con fuego y era cuestión de tiempo que nos quemáramos.

—Te llevo yo a casa.—antes de que me dé tiempo a pedirlo, Clara ya lo ha decidido por mí. Es la mejor, estoy tan agradecida de que sea la manager de Gavi y de todo lo que me ha ayudado en los últimos meses.

Menos mal.

Cuando, un rato más tarde, salimos de la oficina, consigo huir de los flashes escondiéndome entre los asientos de atrás. Ni la gorra hubiera podido con semejante tormenta de luces y preguntas.

—¿Ya?—pregunto cuando nos hemos alejado un par de metros. Se estaban lanzando tan encima de nosotras que he tenido miedo de que la chica les atropellara sin querer.

—No hay peligro en la costa.—me asomo entre los asientos y efectivamente, ya es seguro.

—No quiero tener que pasar por esta mierda todos los días.—me quejo. Pero la realidad es que esta va a ser mi situación a partir de ahora. Joder.

Una vez en casa, y tras una mirada nada indiscreta de mi vecina, llamo a Gavi.

—¿Vas a venir?—Lucia me está haciendo una taza de té. A ella también se le han quitado las ganas de ser una persona pública. Bueno, al menos solo una de los dos lo está sufriendo, que es lo importante.

—En camino.—me responde mi novio. Ahora que todo el mundo lo sabe se me hace más raro aún hablar de él. Incluso con mi gente cercana es extraño.

Mis padres, que sabían lo del centrocampista, dicen que no han dejado de recibir mensajes de amigos y familiares lejanos. De pronto todo el mundo tiene interés en ellos y como les van las cosas.

—Llámame a mí, no al timbre que sale la vecina.—un par de palabras más y cuelga la llamada.

En la tele no paran de enseñar las fotos que nos relacionan supuestamente, algunas de nosotros entrando en el shooting del otro día y otras de cuando hemos estado juntos en una discoteca al principio de conocernos. Dios mío, si es que parece que nos han estado siguiendo a todos lados.

Mi nombre y apellidos, al igual que una foto bastante decente de mi cara ocupan la pantalla.

—Te han sacado guapa.—bueno si ese es el lado positivo.

—He huido del trabajo.—Ines se ríe ante mi comentario. No nos queda otra que ver el vaso medio lleno.

—Podría ser peor.—levanto una ceja, no lo tengo yo muy claro.—Bueno vale igual no.

—Sigo sin entender a quien se le ha encendido la bombilla para determinar que estábamos juntos, si no nos seguimos ni en instagram.—es que hemos tenido cuidad hasta en eso.

—No hay mucho que puedas hacer.—Lucía me da la taza humeante y se sienta a mi lado.—Por cierto, los chicos vienen ahora.

No sé qué vamos a poder solucionar estando todos juntos, si acaso peor ahora que la vecina puede confirmar lo que lleva sospechando meses. La muy mala seguro que está frotándose las manos detrás de la puerta de su casa.

Cuando oigo por octava vez ¿Quién es Ara? en la televisión decido apagarla. No nos hace falta seguir escuchándolo porque creo que todos lo tenemos bastante claro.

Dios mío, en menudo problema nos hemos metido. Y de esta, no tengo muy claro cuál es la forma de salir.

Sólo nos va a quedar esperar, y rezar para que se pase la tormenta.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora