47. Sesión de fotos

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Capítulo 47

Sesión de fotos

GAVI


—¿Cómo es posible que no te pongas nervioso para un partido con la selección y para una sesión de fotos si?—me pregunta la rubia desde el asiento de atrás. Lo mismo me pregunto yo.

Vamos los tres en el coche de Pedri, que es el que tiene cristales tintados, hacia el estudio donde nos tenemos que hacer las fotos con la equipación. No sé si me pone más nervioso posar, salir feo, o que Ara y Pedri vayan a estar riéndose de mí.

Porque con Ansu ya estoy acostumbrado. No tengo ningún tipo de duda de que voy a escuchar sus carcajadas desde el otro lado del estudio. Que él tampoco tiene ni idea, pero seguro que va a encontrar algo con lo que reírse de mí.

—No es lo mismo. Posa tú.—la pico.—A ver qué tal se te da.

—Pues seguro que mejor que a ti.—Ara le choca los cinco a mi amigo, que despega un segundo las manos del volante. ¿En qué momento mi novia y mi mejor amigo se han aliado contra mí?

Tenía que haberlo visto venir.

—No os aguanto.—de verdad cuando los dos se ponen así es mejor rendirse que luchar contra ellos.

Llegamos al sitio y rápidamente salimos del coche, es importante mantener el secretismo con la rubia. Le da mucho miedo que se sepa su identidad y le acose la prensa, creo que aún está traumatizada de cuando salió su cara en los periódicos en septiembre. Pero lo entiendo, es difícil acostumbrarse a la fama.

—Luego os veo chicos, espero que os dejen guapos en maquillaje.—se despide, entra por la puerta antes que nosotros como si no nos conociera. La mayoría de las personas de la oficina ya saben que somos amigos, pero bueno, si ella quiere hacerlo así nosotros lo respetaremos.

—Adiós Arita.—se despide Ansu, entrando con nosotros. El chico acaba de llegar por su lado.

Pasamos a maquillaje, primera vez en mi vida que me ponen tantos potingues en la cara. Pero oye, podría cogerle el gusto, es muy relajante y la verdad que luego me veo guapo.

—Estoy hecho un cuadro.—se queja Pedri, que tiene las cejas llenas de una cosa que se las ha dejado muy negras.

—Que no hombre, ya verás como le encantas a todas tus seguidores.—le pica Ansu.

Así todo el día.

Cuando nos ponen los uniformes, nos dan también unos balones. No tardamos en ponernos a hacer pases en medio del set, incluso con el equipo femenino, que también está allí. Nos van a echar por romper algo, seguro.

Por el contrario, al equipo le encanta y sacan algunas fotos en ese momento. Después nos pasan a poses individuales. Ansu posa como si la vida le fuera en ello y por muy ridículo que se le vea en persona luego quedan bastante profesionales.

Joder es que menudo ridículo voy a hacer. Estoy pasando vergüenza solo de pensarlo.

Luego va Pedri, que hace un poco el tonto, pero con su carisma canario lo tiene todo ganado. Ara está a uno de los lados, como siempre, móvil en mano, haciendo los videos que luego veré en Instagram.

Es la mejor.

—Deja de sonreír así, que se te nota el enamoramiento a kilómetros de distancia.—me susurra Ansu, que ya ha vuelto a mi lado. Ups.

—Estoy nervioso.—confieso.

—Verás como no es nada, tu pon la misma cara que pones ahora cundo piensas en Ara y listo.—en fin, con amigos como los míos, ¿Quién quiere enemigos?

Me acerco al set, y sigo las instrucciones del fotógrafo. Ara está en el lado, sonriendo disimuladamente y riéndose por lo bajo cuando pongo caras de estar incómodo.

Por suerte, no dura mucho y antes de que me dé cuenta estoy otra vez con el resto. Nos hacemos un par de fotos de grupo más, saludamos a algunas de más chicas que conocemos de eventos y luego nos volvemos al camerino. Por fin me puedo desmaquillar y ponerme la ropa que había traído.

Me gusta estar cómodo, que le voy a hacer.

—¿Qué vas a hacer luego?—pregunta Ansu, jugando con la pelota que hemos usado en el shooting.

—Te lo puedes imaginar.—le responde Pedri.—Salvo que quieras detalles.

—Sois unos cerdos.—les respondo poniendo los ojos en blanco. Ni que la rubia y yo nos pasáramos el día haciendo eso.

—Bueno, tampoco lo has negado.—se encoge de hombros mi mejor amigo. Vale, porque sí que es lo que probablemente acabemos haciendo, pero tampoco es señal de nada.

—Dejadme en paz anda.—cojo mi bolso del suelo, pero no me puedo ir porque tengo que esperar a Pedri. Cosas malas de haber venido con él. Bueno, también tengo que esperar a Ara.

Así que no vamos a ir muy lejos, de momento.

Pasamos el rato hablando, por suerte no hay mucha gente alrededor y podemos hablar libremente. Es otra de las movidas de ser famoso, que siempre hay alguien escuchando lo que dices para luego usar esa información en tu contra.

—¿Y si hacemos algo esta tarde? Podemos ir a casa de las chicas.—propone Ansu. El futbolista está completamente enamorado de Lucia, no cabe ningún tipo de duda. Le hemos perdido.

—Pero esto de las tardes de novios se nos hace raro a Inés y a mi.—se queja Pedri.—Además yo conduzco. Podemos comer algo tranquilo en mi casa y sentarnos en la piscina.

—Vale, pero entonces ¿qué hacemos con Ara?—no la podemos dejar aquí así que tiene que venir con nosotros.

—Yo a Ara la cuento como una más, la verdad es que salvo estos últimos días que la he visto modo amor, no se me pasaba por la cabeza que fuera una de las niñas.—responde el canario. Ahí debo decir que yo también coincido. Las tres son amigas, pero Ara casi pasa más tiempo con nosotros que con ellas.

—Eres un mentiroso.—le pica Ansu.—Solo lo dices por quedar bien.

—Que va, si además sé que tú piensas lo mismo. Ara se pasa las horas haciendo el tonto con nosotros. Si hasta las chicas se quejan de que nos ve demasiado.—le quita importancia Pedri. En ese momento la rubia entra en la sala, salvado por los pelos. Imagínate que nos escucha hablando de ella. Hubiera sido gracioso.

—¿Nos vamos?—pide, puedo ver que está bastante cansada.—Necesito una siesta.

—Vamos a mi casa, te puedes acostar en el sofá.—le ofrece Pedri, haciendo como si la conversación que acabamos de tener nunca hubiera sucedido.

—Me vale.—se encoge de hombros. Con ese gesto no hace más que reforzar la idea de que es una más.

Salimos todos de la sala y repetimos lo mismo de antes, huir hacia el coche para que no relacionen a la rubia conmigo. Gorra, gafas de sol, capucha, coleta... Parecemos una misión de agentes secretos o tres personas haciendo el ridículo.

Definitivamente esa es la palabra para definir hoy.

Espero que esto salga bien, porque no quiero perder a Ara por culpa de la presión mediática.

No podría soportarlo.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora