13. Otra vez tú

5.5K 202 4
                                    

Capítulo 13

Otra vez tú

ARA

Después de pelearme con los trenes y el metro, por fin llego a las oficinas. otro día más luchando contra el transporte público.

Lucía e Inés se han ido pronto de casa esta mañana, pues sus clases de la universidad están a punto de empezar, así que no han tenido tiempo a atosigarme con preguntas y a insinuarme duramente veinte minutos que hoy voy a ver al amor de mi vida.

Este fin de semana he evitado a Pablo Gavira como tema de conversación a toda costa, les conté cuando llegué del partido como había sido mi tarde en el entrenamiento de la selección, pero poco más.

No necesito ser más la comidilla del piso.

El día de hoy se presenta tranquilo. Hacemos un repaso de las comunicaciones del mes, con esto del mundial tenemos que estar más presentes que nunca, queremos que nuestros jugadores internacionales tengan mucha tirada.

Somos uno de los clubs más conocidos del mundo, y eso tiene que mantenerse. Además, planeamos un par de posts para redes sociales sobre nuestro equipo femenino, en el último año ha ganado mucha relevancia ya que nuestras jugadoras se encuentran dentro del top mundial.

—¿Sabes usar photoshop?—me pregunta Jorge. Trabajamos mano a mano todo el equipo y bastante cercano el trato, por lo que en poco tiempo he conseguido sentirme cómoda a su alrededor.

—La verdad es que sí. —respondo. Conozco el programa desde primero de carrera y si bien no es mi ámbito de experticia me lo paso bastante bien haciendo proyectos varios con la aplicación.

—Genial, Clara y el equipo de fotografía te van a pasar algunas de las fotos del entrenamiento de la selección y así las puedes editar para colgarlas tanto en redes sociales como para distribuirlas a la prensa. —me explica. La agente de Gavi aparece cargando su ordenador bajo el brazo.

Las dos nos pasamos las siguientes horas tanto con photoshop, como eligiendo las fotos. En ellas se ven sobre todo a Pedri y a Gavi aunque también hay de otros jugadores como Lewandoski.

Todas las estrellas del equipo.

Nos tomamos un descanso y me cuenta muchas cosas sobre el trabajo y lo que implica ser agente de un jugador. Ella también va a ir al mundial y está igual de emocionada por Gavi que el por ir. Le conoce desde hace un montón de años y es como un hijo para ella. Eso explica que el otro día se acercara a preguntarme que había pasado entre nosotros.

—Espero que hayáis escogido las fotos en las que salgo bien, que luego tengo que subirlas a Instagram.—dice la voz a la que más odio le estoy cogiendo de Barcelona. Si, de toda la provincia.

Gavi aparece en la oficina ya duchado. Deben de haber acabado ya el entrenamiento. Hoy, como cada lunes, tienen que informar a los diferentes jugadores de lo que va a pasar en la semana.

—Hombre creo que Ara y yo tenemos un gusto increíble.—dice Clara guiñándome un ojo.—¿Qué te parece esta?—entonces le enseña una que he editado imitando una de las páginas de fans y memes que veo en twitter. En ella el jugador está rodeado de corazones.

Pienso matar a Clara. Era una broma personal, no para que el pesado sevillano la viera y tuviera más motivos para meterse conmigo.

—Hombre Ara, no sabía que estabas tan enamorada de mi.—bromea el futbolista con tono de superioridad. Le odio, de verdad.

—También he hecho esta, si te gusta la podemos subir ahora mismo.—respondo con el mismo tono. Paso a la siguiente foto, está la he editado aumentando su cara y dejando el cuerpo más pequeño.

Veo como Gavira rueda los ojos. Punto para mí.

—Bueno, dejad de pelear.—comenta Clara en un intento por bajar los humos. Lo puede seguir intentando, pero el sevillano ya me ha molestado.

—No sé por qué cogen de prácticas a gente que no tiene ni idea—ataca otra vez Gavi. Le mato, de verdad que pasa a mejor vida.

—Bájate los humos Gavira, que mando estas fotos a la prensa nacional.—respondo. En este momento Jorge me hace un gesto con la mano para que me acerque a su escritorio. Es el final del día ya, así que espero que no me mande mucho más trabajo.

—Estoy muy contento con tu trabajo en el partido de la semana pasada—comienza. —Quería comentarte también que me han dado una invitación para que vayas al próximo entrenamiento de la selección.

¿Perdón? ¿Qué?

—¿Cómo?—pregunto sorprendida. Esto no me lo esperaba.

—Sí, Adrián me ha dicho que te acercaste a hablar con él y el hecho de que en tu tiempo libre sigas mostrando interés dice mucho de ti. —me siento muy halagada y feliz con sus palabras. Demuestra que no lo estoy haciendo mal por mucho que haya un jugador del equipo dispuesto a hacerme pensar lo contrario. Chúpate esa sevillano.

—Vaya, gracias.—sonrío.

—Creo que van a querer que ayudes con las redes sociales. ¿Te ves preparada?—asiento aún emocionada. Venir hasta Barcelona ha merecido completamente la pena. Estoy teniendo muchísimas oportunidades aquí.

—Muchas gracias, de verdad.— Jorge me da una palmada en la espalda en señal de apoyo.

—Lo has logrado tu sola, así que no hace falta que me las des. Pues ya sabes, el jueves te estarán esperando. Te envío luego el email con la información que me han pasado—contenta me vuelvo a la mesa. Clara se ha marchado ya, supongo que ha comentar cosas con otros agentes o a saber qué.

Estoy en una nube, jurado.

Recojo mis cosas contenta, además hoy Lucía, Inés y yo hemos planeado ir a una cala que no está muy lejos. El novio de Lucía ha venido a verla y se va a quedar toda la semana, así que también viene con nosotras. Planazo en mi opinión.

Hoy me fijo en llevar colgado del cuello el cartel que indica que soy empleada. Salgo de las oficinas y me dirijo a la parada del autobús, preparada para otro largo y aburrido viaje hasta casa.

Por suerte he traído mis cascos, así voy a poder disfrutar de buena música en el trayecto. Últimamente estoy muy enganchada a las canciones de Quevedo.

Estoy a punto de llegar, cundo oigo que un coche pita detrás de mí. ¿Y ahora qué?

—Me parece que te viene bien que te lleven.—esta vez no es el sevillano odioso, Pedri se asoma por la ventanilla de su coche. Otra alegría más, aunque preferiría que no me viera ningún periodista ahora mismo.

—No te preocupes, no quiero más salseo mediático.—le respondo con una sonrisa. Está claro quién es el amigo agradable de los dos.

—Nadie va a saberlo, corre sube.—por un segundo pienso en decir que no, pero siendo sinceros, estoy cansada y esto es como un uber.

—Vale, pero como nos vean los medios vamos a tener problemas.—subo al coche bajo la atenta mirada del futbolista, que arranca una vez me abrocho el cinturón.

Parece que hoy es mi día de suerte.

By chance | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora