Siempre he creído que el amor significa desear a una persona en específico, porque el deseo que me invade de hacerla mía cada vez que la veo, es más fuerte que yo.
—Elliot Cassanova.
—Si mato a ese hombre, no vas a irte de aquí. —me acerco a ella haciendo que instantáneamente se eche hacia atrás.—. Pagarás lo que me hiciste y te quedarás conmigo. Es el trato, ¿si o no?
Sé que lo que estoy pidiendo puede ser muy duro para ella. Por lo que me confesó, ese hombre abusó de ella y solamente por su expresión pude deducir lo doloroso y traumatico que fue.
Por esa razón no la voy a tocar.
A lo único que amo es al dinero, es lo único que no me ha lastimado.
Ella todavía está pensando en lo que le propuse, por lo que entiendo su pesar. Debe de estar pensando que quiero casarme para acostarme con ella, lo cual es incómodo.
—No deseo tener sexo contigo. —me alejo de ella lo más lejos posible, para que así pueda pensar en mi propuesta.
Ella se acerca a mí lentamente como si no me tuviera la suficiente confianza.
—¿Qué ganarías solo teniéndome como esclava sin siquiera poder tocarme para cobrarte todo lo que te voy a deber al tú salvarme del hombre que me violó? —ella niega dos veces—. Las personas no hacen favores de gratis.
Tiene razón. Nadie hace un favor de gratis y nunca seré la excepción.
—Te dije que no me voy a acostar contigo y eso es lo que sucederá. —agarro su brazo y la pego a mi cuerpo de impulso. Al estar tan pegada a mi, sus labios quedan expuestos y cercanos a los míos—. Nunca he tocado a una mujer si ella no me lo permite. Esa es una regla que tengo. —rozo mis labios con los de ella, generando una fricción tormentosa, pero deliciosa.
Sin embargo; no pretendo seguir torturandola, así que la suelto y la alejo de mi.
—¿Cuando sea tu esclava que tendría que hacer? ¿Me quedaré encerrada en esta casa de por vida? Porque si es así, mejor dejo que ese hijo de puta me asesine. —comenta furiosa y airada.
La furia que enmarca su expresión, hace que explote en risas. Además de que es chistosa, es tierna cuando está enojada.
—Te ves muy tierna cuando te enojas. —expreso riéndome, lo cual hace que ella se enoje más.
Sin esperarlo, ella se acerca impulsivamente y agarrando una navaja que tenía en uno de los bordes de su pantalón, presiona mi pene con el.
¿Ella tiene su navaja en mi pene?
¡Qué chingados está pasando!
—¡Chingada madre! ¡Tienes los huevos bien puestos! —comento riéndome. A este punto de mi vida, las situaciones peligrosas me generan adrenalina.
—Si vuelves a decir que soy tierna, te arrancaré los huevos y te los haré comer. —expresa más enojada de lo que ya estaba.
Mis hombres empiezan a caminar hacia donde estamos.
—Señor, hay un hombre en las afueras y dice que quiere verlo a usted y a esta mujer o de lo contrario, habrá muchos muertos al igual que usted.
¿Muerto yo? No.
¿Muerto él? Si lo creo.
En esta se lo lleva la chingada.
—Tráeme mi arma automática. —de inmediato me la entrega en las manos. Él ya estaba preparado—. Los francotiradores los quiero en posición desde ya. Quiero que tengan preparada una basuca y que desde que ellos actúen raro, la disparen.
Ellos asienten de inmediato a la orden que les he colocado y se ponen en fila en la puerta, para cubrirme mientras salimos hacia afuera.
Mientras vamos por el pasillo, agarro dos cargas de mi arma automática, para desde que surjan problemas, que los plomazos y chingadazos vuelen por los aires.
Mis hombres abren la puerta de par en par, dejándome ver a dos Jeeps del año parqueado indecentemente sobre la grama de mi jardín.
—¿El famoso Elliot Cassanova? Esto es algo glorioso poder ver a la rata que dejó Enzo Rinaldi en el poder.
Ohhh que golpe más bajo.
Mientras el espera mi respuesta, me cubro los nudillos con una cinta negra, para si tengo que romper varias barbillas, luego no estar adolorido.
—Pues nomas no te conozco, así que no sé quien chingados seas. —levanto los hombros dos veces refiriéndome a que de igual forma no me importa—. Pero no es que sea la gran cosa, si no he escuchado de ti eso quiere decir que nadie te conoce.
Al el escuchar mi ofensa asiente lentamente con expresión enojada.
—¿Dónde está la chica? Ella es mi mujer, yo la hice mujer.
¿El la hizo mujer? ¿Y pues que era ella antes de él? ¿Un extraterrestre, un perro o que mamada?
—Pues ella siempre ha sido mujer a menos que antes de ti, haya sido un hombre. —expreso riéndome.
—Le quite la virginidad. Eso es hacer mujer a las mujeres.
¿Virginidad? Babosadas de las religiones.
—Nadie en esta tierra es virgen, idiota. Sólo nacemos abstenidos a las relaciones sexuales hasta cierto tiempo.
Cada vez que lo contradigo se enoja más.
—¿Sabes qué? Me importa una mierda lo que digas o no. Dame a la chica o mataré a todos tus hombres y luego te atare con una soga para que veas como la violo por puta que es.
Cuando él se refiere a ella como puta solo por que ella no desea nada con él, algo surgió en mi y resaltó en grande.
—¿Has ido o has estado en el infierno? —le pregunto de lo más tranquilo.
—¿De que estas hablando idiota?
—Pues hoy te llevaré de paseo. ¡Ya! —Y de pronto sin ellos esperarse mi plan, la basuca tira un fuerte disparo haciendo que donde ellos están explote.
Hijos de la chingada. Nadie puede vencer al Señor Elliot Cassanova.
Llegó Elliot Cassanova. 🔥🎄🔥
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IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]
RomanceItaliano. Ex militar. Mafioso. Narcotraficante. La segunda mano del mafioso más temido en Italia; Enzo Rinaldi. Pero le falta algo, encontrar el amor. Y mientras él piensa que está muy lejos, una mujer mexicana testaruda y mal hablada, lo cautiva, p...