Hazme olvidarla, hazme olvidarla, hazme sentir que no es la única mujer. Borra sus huellas de mi mente y de mi alma, arrancala de mi piel.
—Willie Gonzalez.
—Deseo y quiero ser tu mujer. Ser la mujer de Elliot Cassanova.Hay algo en mi interior que se pregunta si ella está haciendo un chiste o algo parecido. Sin embargo; lo que sea que haya dicho no se me hizo chistoso.
Solamente a una persona con un nivel de estupidez tan alto, sin conocerme bien, me pediría que quiere ser mi mujer.
Chingada madre.
—¿No te has ido todavía? Te acabo de decir hace unos minutos que te fueras de mi casa. Al parecer eres sorda. —comento cruzando mis brazos en mi pecho.
Ella osadamente, me ignora y camina directamente hacia los muebles de la sala, sentándose en uno de ellos.
Dios me ayude, porque si le pido paciencia fracasare.
—Acabo de decirte algo, espero tu respuesta.
—Esperaba que no quisieras una respuesta a la tremenda estupidez que acabas de decir.
Ella se acaricia su cabello mientras instintivamente cruza sus piernas para luego recostarse del espaldar del mueble.
—De igual forma, ya soy tu mujer.
¿Qué?
Es verdad lo que dicen por ahí; el diablo es sucio y no se baña.Es que me lleva la misma chingada.
—Hasta ahora he intentado calmarme, pero tú no estás ayudando. Por lo tanto, te doy un segundo para que salgas de mi vista en este instante. —saco mi pistola que estaba en mi espalda baja, sostenida por el cinturón de mi pantalón y de inmediato la apunto hacia su frente.
Ella sigue con las piernas cruzadas como si le diera igual que yo la esté apuntando con un arma.
Esta vieja está loca. Neta que si.
—¿Eres italiano? Porque hablas español con acento mexicano y me pregunto si has vivido allá.
Respiro profundo.
—Yo me pregunto que haces todavía en mi casa. —miro hacia la gran puerta y preparando mi voz, coloco mis manos en mi cintura.—: ¡Vengan aquí en este momento!
Desde que llamo a mis hombres, ella se levanta y sacando su pistola, le apunta a mis hombres.
—Necesito tu ayuda y para eso debo ser tu mujer. —traga en seco. Noto lo nerviosa que está.—. Debo tener tu apoyo y tu cuidado, o inmediatamente moriré y está vez quien me mate lo va a disfrutar.
No entendí ni una sola palabra que salió de su boca.
Ella explica que alguien quiere matarla y que necesita tener un seguro de vida y el que lo da, soy yo, por ende debe tener el título de mi esposa.
—¿Quién quiere matarte? Todavía no olvido que me robaste un cargamento de droga y esa me la vas a pagar muy caro.
No dice nada, solo está estática aún con la pistola apuntando a mis hombres, pero de repente baja su arma y se acerca a mí, de una forma impulsiva.
—Ya una vez me hizo daño, no quiero sufrir ni siquiera pasar por eso de nuevo. —sin aviso previo agarra mis brazos y se acerca a mí pecho colocando su cabeza en el.—. Si él vuelve a abusar de mí, me quitaré la vida y no quiero hacerlo. —levanta su cabeza, haciendo que le preste atención a sus ojos llorosos.—. Quiero vivir y tu aunque seas un desgraciado, eres mi salvación.
No doy mi brazos a torcer por nadie y ella no va a ser la excepción. La ayudaré y puede que mienta para mantenerla a salvo, pero no me atare a ella, no sin antes saber que es lo que planea.
—Si me mientes te mataré. Si tratas de engañarme, te mataré. Si intentas hacerme daño, te mataré y si vuelves a interrumpir cualquier cargamento... —agarro su barbilla y la levanto para que me mire a los ojos.—. Te mataré.
No dice nada solo me mira. No entiendo, de hecho, no logro entender sus expresiones ni siquiera sus acciones.
—¿Evitarás que me mate? —pregunta ella con ojos llorosos, como si estuviera suplicando por su vida que es lo que está haciendo.
Molesto por su pregunta, bufo y acaricio mi rostro con mi mano derecha.
—Lo haré, pero no serás mi mujer. —le sonrío de oreja a oreja.—. No podrías aguantarme y me refiero a lo sexual.
Ella bufa y luego se ríe.
No puedo creer que estoy teniendo esta conversación con ella. Suena de lo más perturbador si me pongo a darle mente.
—Quién no me aguantaría serías tú, pero él tema está en que, ese hombre viene hacia acá y si no actúas te matará y luego a mi.
Cuando dice esas palabras, levanto mi pistola y le apunto a la cabeza. Sabía que era un engaño todo. Ella estaba buscando una salida y un medio de escape en donde yo fuera el muerto y ella siguiera estando viva.
—Entiende, no es una trampa, lo que estoy diciendo es la verdad.
Genial. Es muy hermoso ayudar a las personas y que luego te lleve la chingada.
—Si mato a ese hombre, no vas a irte de aquí. —me acerco a ella haciendo que instantáneamente se eche hacia atrás.—. Pagarás lo que me hiciste y te quedarás conmigo hasta que decida lo contrario. Es el trato, ¿si o no?
Que goloso el señor Elliot.🤣🤣
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IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]
RomanceItaliano. Ex militar. Mafioso. Narcotraficante. La segunda mano del mafioso más temido en Italia; Enzo Rinaldi. Pero le falta algo, encontrar el amor. Y mientras él piensa que está muy lejos, una mujer mexicana testaruda y mal hablada, lo cautiva, p...