IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

XVIII

El que le pone la mano a lo que es mío , se le corta para que nunca más vuelva a hacerlo.

—Elliot Cassanova.

Narrado por Elliot Cassanova:

     —Usted ve ese bar que está ahí... —señala uno de ellos atrás mio, así que cuando giro me encuentro con un bar muy recurrente de Italia—. Un hombre que acababa de llegar, se la llevó a la fuerza.

   Lentamente el Elliot que no me gusta sacar surge de mi de nuevo.

   Así que lentamente me quito el traje y lo tiro dentro de la Jeepeta. Cierro la puerta y empiezo a soltar esa ira que guardo para momentos especificos.

   Hoy se muere alguien y no voy a ser yo.

   —Gracias chicos y no se metan en problemas. —les digo a los muchachos y ellos asienten agradecidos.

    Antes de entrar, saco mi teléfono y abriendo la cámara, le tiro una foto al bar. De inmediato le envío la foto a Enzo por mensajes, con un texto añadido que dice "Si no regreso a casa temprano, es porque estoy rompiéndole la madre a alguien".
  
    Me alejo de la puerta del copiloto y abro el baúl.

   En uno de mis viajes con Enzo, pude conseguirme un hacha Vikinga más afiladas que las ofensas de mi cuñada y creo que esa hacha será utilizada por mi en estos momentos.

    ¿Por qué un hacha? Por que las balas se acaban. Sin embargo, por si las moscas, me llevo dos pistolas semiautomáticas, para darle plomazo a todo lo que se mueva.

     Cierro el baúl y de inmediato empiezo a correr hacia la entrada del bar.

    Hay una fila grande que llega hasta la otfa esquina de hombres y mujeres que desean entrar al bar y el guardaespaldas que está afuera no los deja pasar.

    Me coloco en frente del hombre esperando a que me preste atención, lo que logro después de varios segundos.

    —Elliot Cassanova... —menciona mi nombre con una sonrisa pícara—. ¿A quién vas a matar hoy?

    Cuando me hace la pregunta solo asiento dándole a entender de que es una sorpresa.

   Él se mueve de inmediato, dándome paso para poder buscar a Victoria y si ese maldito le puso una mano encima, querrá suicidarse.

    Al entrar en el club, el olor a sudor y a sexo me abofetea en la entrada.

    Por Dios, que asquerosidad.

    Levantando el cuello, busco a uno de los meseros que me conocen.

    —Ethan... —menciono el nombre de un hombre que está atendiendo a los clientes VIP.

   Él está subiendo las escaleras con bebidas en una bandeja.

    —Elliot... ¿Qué hace aquí? —me pregunta sorprendido mirando la pistola que llevo en manos.

   Subo dos escalones y me pongo en frente de él.

    —Dónde está la chica de blusa amarilla y pantalones jeans, de ascendencia coreana. —Él abre los ojos de par en par, nervioso porque sabe muy bien lo que le estoy preguntando—. Dime o te mato. —cuando digo esto se le cae la bandeja con todo y bebida.

   Genial.

   Lo que quería.

   Llamar la atención.