IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

XXI

¿Cómo es posible que la desee tanto? No dejo de pensar en ella y es que sus bellos ojos y el dulce aroma de su piel, se han impregnado en mi mente. Ella es mi adicción.

—Elliot Cassanova.

Victoria:

   Estoy aun descompuesta.

   El que ese hombre me haya drogado, me dejó un poco descolocada. Sin embargo, no sé cómo explicar lo que sentí cuando vi que

   Elliot fue a buscarme.

   Maldita sea, él no se fue, le importo.

   Le importo a Elliot Cassanova.

   Ni siquiera sé cómo sentirme sabiendo esto. Le he hecho tanto daño y no solo yo, si no también mi mama, quien ya está muerta. No quise hacerle un funeral. No tengo a nadie más que a mi hija, así que solo deje que Elliot la enterrara. Era lo mejor.

    Cada vez que observo a Elliot tan solo por un mínimo momento, siento ganas de pedirle perdón arrodillada por todo lo que le he hecho. Estoy consciente de que su vida no es tranquila porque es mafioso, pero desde que mi madre y yo llegamos a su vida, solo lo apuñalamos y lo herimos, cuando él no merecía eso. Él ha sido y todavía es muy bueno conmigo y con nuestra hija, a quien él adora con su vida.

   Pero cambiando de tema, el ver como esa mujer quiere llevarme a la fuerza porque cree que Elliot me ha violado, no es solo ofensivo si no que también irrespetuoso.

    No tengo ni la más mínima idea de que ha sucedido para que ella piense tal atrocidad de Elliot. Porque aunque no confío en ningún hombre, este hombre que está en esta habitación, con tremenda arma, apuntándole a está mujer, me hace querer confiar en él.

    La mujer lentamente se levanta de la cama. Su expresión de agresiva cambió a pasiva.

   Realmente, si Elliot me apuntara con un arma es obvio que estaría nerviosa. Lo único que lo detiene de dispararle, es que él no tiene corazón para matar a una mujer.

     —Ya me voy, no me mates, por favor. —tira la pistola al suelo y se aleja de mí acercándose a ellos—. Solo quería ayudarla. Pensé que sufría maltrato.

    Elliot suelta el arma y saca la daga que tiene en el cinturón. Luego se acerca a ella y coloca el cuchillo en su cuello.

    —¡Vete de mi casa, antes de que te mate! —le acaricia la daga en el cuello—. Agradece que no lo hago.

    Ella, inmediatamente empieza a correr hacia afuera de la habitación.

   —Manda a Aaron a que la siga. Quiero saber donde vive, con quien habla, a que hora trabaja y demás. —le ordena Enzo a Jasper.

    —¿Qué pasa por su mente, Jefe? —le pregunta Jasper.

    —Desconfío hasta de mi, desconfiare de ella y de lo que pretende hacer. —le responde Elliot a Jasper.

   Jasper de inmediato gira en sus pies y se encamina a la puerta, hasta cerrar.

   Elliot lentamente levanta sus manos y acaricia su cabello. Luego de hacer eso, inhala y exhala, para dar por último un suspiro bien grande.

    —Estoy harto de las personas locas. —menciona acercándose a mi—. Tengo un maldito imán, al parecer.

    Se acerca a mí y se sube en la cama, sentándose frente a mi.

    El ver que me está mirando y está callado, hace que me dé miedo lo que sea que esté pasando por su mente.

    —¿Cómo te sientes? —me pregunta moviéndose hacia delante para estar más cerca mío.