XVLII

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Hazme el amor hasta que se me olvide que no existe el tiempo.

—Victoria Park.

VICTORIA:

   —Si, me acabas de follar como un hombre debe hacerlo y más porque soy tu mujer. —me vuelvo a acostar—. Los bebés son felices si tu me haces el amor de esa forma. Tienes que mantenerme feliz y atenderme como siempre. —lo miro picaramente.

   Pensará él que algo debe de estar pagando.

   Me da risa su expresión. Aún está en shock.

    —Ven aquí. —le ordeno.

   Él niega dos veces.

    —No, es hora de dormir. —dice él echándose más hacia atrás, alejándose de mi.

   Me levanto sentándome en el suelo y agarro sus pantorrillas para que no se escape.

   —Ven aquí. Hazme el amor de nuevo... —espeto tajantemente queriendo que me haga caso.

   Él me mira asustado.

   —¿Estás bien? ¿Quieres ir al médico? —me pregunta mientras se agacha y pone sus manos en mi rostro revisando que todo está bien conmigo.

   Me burlo.

   Parece tan tierno en estos momentos, que me dan ganas de llenarle a la cara a besos.

    —Quiero a mi hombre... —No completo la frase, para agarrar su cuello y robarle un beso—, dentro de mí, ahora.

   Y con esto lo beso de nuevo y él me sigue el juego. Sabía que no me diría que no. Este hombre me ama y yo a él.

  

  8 meses después

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8 meses después...

   —¡Awwwww! ¡Ay no, no aguanto esto más! —grito agarrando mi barriga demasiado grande—. ¡Elliot sácame a los bebés, por favor —exclamo de nuevo queriendo morir y renacer cuando los bebes ya estén afuera.

   Elliot corre al lado de la camilla en donde estoy acostada para ir a la sala de parto.

   —Quisiera que tu dolor fuera el mío, amor. —dice mientras me seca la frente con un pañuelo blanco y luego deposita un beso suave en mi frente—. Por favor aprieta mi mano cada vez que tengas una contracción, dame un poco de tu dolor, porque sé que no me darás todo. —espeta él con la mirada preocupada.

   Echo mi cabeza hacia atrás porque ahi mismo me llega una contracción.

   Aprieto su mano hasta que no puedo más del dolor y grito. No suelto su mano, sigo apretando y no sé por qué.

   —Sí, amor. Aprieta más, estoy aquí. —dice mientras seca una de las lagrimas que salen de mi ojos—. No llores preciosa o verás a un hombre mafioso derrumbado delante de tus pies. Mataría a cualquiera que te haga llorar y saber que soy el culpable de que estés así, me pone bien mal. —expresa abajando su cabeza cuando por fin entramos en el quirofano.

IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora