IMPERIO CASSANOVA© (2 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

XIX

Me enamoré. Estoy perdidamente enamorado de una persona que no siente lo mismo por mi.

—Elliot Cassanova.

Narrado por Elliot Cassanova:

   
    —Pues hoy vas a poder probar la famosa tortura de Elliot y vas a desear morir cabrón, pero si es necesario te voy a revivir por haber siquiera pasado por tu mente en querer violarla, como vi cuando llegué. —empiezo a romper el pantalón con mi daga—. Empieza a rezar tus aves maría, porque lo que te haré, te va a doler.

   Disfruto ver su rostro contraído por el dolor que siente al tener el brazo casi desprendido.

    Nunca había sentido esta urgencia de marcar territorio en algo que ni se acerca a ser mío.

   Claramente, delante de todo mis empleados y cualquier persona que trate, pondré a Victoria como mi mujer, pero tengo muy en claro que ella no desea tener ni estar con alguien. Después de todo lo que le ha pasado, entiendo ahora como ella se sintió momentos después de que tuviéramos sexo en el baño de mi oficina. Siempre la han utilizado como un objeto sexual, supongo que yo también la hice sentir de esa forma y es ahora que llego a darme cuenta.

    Lentamente salgo de mis pensamientos solo por los gritos de misericordia de este hombre.

    —¿Sabes quién soy yo? —me pregunta él gimiendo de dolor.

   Me coloco erguido para ver que me dirá.

   —¿A ver? ¿Quién es usted señor? Sorprendeme —comento con los brazos cruzados encima de mí pecho.

    —Ernesto Ivanovich. Soy parte de la mafia rusa. Si me haces daño... —gime tocándose el brazo herido—. Te matarán.

     Ivanovich.

     Cualquier persona estúpida que no conociera la historia de esa mafia, se pudiera amedrentar por tan solo la mención, pero no yo.

    Enzo y yo matamos como si de animales se tratara a casi todos los miembros y los que quedan vivos están en la cárcel mejor estructurada y protegida de Russia. No saldrán de allí ni con un milagro.

    —Y yo soy Elliot Cassanova, mejor conocido aquí en Italia como "Lo spietato" que en español se traduce como "el sin misericordia" —me acerco a él. Agacho mi cabeza para estar a su altura—. ¿Sabes qué? Comencemos con tu tortura.

   Agarro mi daga y empiezo a romper su pantalón. Él intenta frenarme con su mano sana, así que le clavo la daga en el hombro.

     —¡Diosssssssssssssssssss! ¡Por favor, basta! —exclama apretando los ojos del dolor insoportable que tiene.

    Genial.

    —Muy bien. Me gusta que me hagan caso. Te dije que empezaras a rezar. —vuelvo y dirijo mi daga hacia el pantalón.

   Termino de romperlo por completo, dejando su bóxer al descubierto.

    Apunto mi daga para romper el bóxer, pero siento como una mano se coloca en mi hombro y me presiona este.

   De inmediato sé que es Victoria, por ende me giro para ver que necesita y la encuentro llorando.

   Maldición.

   No, que despistado fui.

   Corté las correas, pero no me detuve a preguntarle si estaba bien, solo por querer vengarme.

   —No lo hagas. —expresa antes de cerrar sus ojos y caer encima de mí cuerpo desparramada.

    Dios no.