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El timbre sonó, salieron del aula. Kat durante todo el rato no había apartado la vista de Lynn, realmente tenía ganas de matarla, la castaña no hacía más que sonreír con burla y complacida cada vez que la veía fruncir su ceño mostrando enojo.

—Respira Kat, ya pasó.—le intento tranquilizar su amiga.

No dijo nada, seguía molesta.
La castaña le sonrió con burla por última vez antes de caminar en dirección a la cafetería.

—Lo lamento, es que...—Jace intento disculparse.—Debí imaginar que haría algo así.

—Esta bien, no es tu culpa.—le interrumpió sin ganas de hablar.

Jace y Emma la siguieron a la cafetería, sabían que Kat no se calmaría hasta comer algo.
Tomaron sus bandejas e hicieron la fila, la cocinera les sirvió unas papas fritas un poco pálidas y un sándwich de carne.
Esperaron a que Kat era el primer mordisco a la comida para hablar sin que ella se enojara.

—¿Ya estás mejor?—preguntaron ambos conociendo el temperamento de su amiga.

—Si, ahora si.—dijo comiendo sus papas.

—Realmente me sorprende que no hayas tenido una reacción el doble de violenta.—Jace la miraba preocupado, casi siempre la pelirroja tomaba represalias contra Lynn.

—No puedo. Aunque quisiera haberle dejado un ojo morado, la directora dijo que si había un problema más llamaría a mi mamá.—le explico la pelirroja.

Jace sabía que era importante para la pelirroja que su madre no se enterará de que se metía en problemas, su hermano era así en su juventud y no quería que su madre pensará que era igual de revoltosa que su hermano Matt, aunque lo era.

—Okey, solo queda una clase más antes de irnos y espero terminar el día bien.—rogó la pelirroja intentando mantener una buena actitud, eso era casi inusual de ella.




































—Para el trabajo que tendrán que entregar será necesario que hagan equipo.—les explico el profesor de Historia.

Kat sonrió mirando a Emma.

—Pero los asignare yo, así hablarán más con sus otros compañeros.

Y la pelirroja borro su sonrisa.
Ella acostumbraba a hacer los trabajos con Emma o Jace, no tenía interés en hablar con otros compañeros.

—Montez, Waters.—asigno el profesor.

Emma le sonrió a la chica rubia que estaba a unos centímetros, Kat no había hablando nunca con ella.
Bien, quizás tenía oportunidad de hacer equipo con Jace.
El profesor continuo, la pelirroja levantó su mirada al oír el apellido de su mejor amigo.

—Valentine, Dorian.

Bufo molesta, ahora le tocaría hacer trabajo con otro compañero o compañera y ella solía ser un poco...intensa con los trabajos, por eso los hacia con sus amigos, ellos conocían bien a su amiga y eran los únicos que la querían a pesar de ser mandona.

Espero pacientemente a que la nombrarán, rezando que le tocará con alguien responsable y que hiciera su parte del trabajo.

—Anderson, Loud.—el profesor miro a las dos, Kat inevitablemente hizo una mueca de disgusto y sufrimiento.—Lo lamento Anderson, quizás así puedan llevarse mejor.

La pelirroja miro a la castaña, ella estaba igual de disgustada.

—Tu si que tienes suerte.—se burló su amigo.

Kat se llevo sus manos a la cara tapando su rostro, respiro profundo, recordó que otro problema y seguramente estaría castigada por un largo tiempo.
La pelirroja suspiro fastidiada.

“Espero terminar el día bien.”

Y todo se había jodido por un simple trabajo.

—Quizás Lynn y tu hagan buen equipo.—intentó animar su amiga.

—Si, claro...—el humor positivo de hoy se había esfumado.

—Vamos Kat, algo bueno debe salir de esto.—siguió el peli-negro.

La pelirroja negó rodando sus ojos, sus amigos rezaban para que en el transcurso del trabajo esas dos no terminaran matándose.





































Llego a su casa, cerro la puerta y tiró su mochila en el sofá.

—¿Que tal te fue?—preguntó su madre.

—Muy bien.

—¿Cómo van tus notas?

—Excelentes.—respondió la pelirroja sonriendo.

Su madre era un poco exigente con las notas pero a Kat no le molestaba, después de unos años fue mérito de ella comenzar a obsesionarse con sus notas, ese era uno de las principales razones por las cuales también era demasiado mandona. (Lynn pensaba que ella era una perfeccionista en todo aspecto por eso le caía mal).

Subió las escaleras hasta su habitación. Tomo un baño y se vistió.

Pensar en hacer aquel trabajo con una persona tan irresponsable como Lynn Loud la ponía de malhumor, realmente esperaba que no fuera como esas ocasiones donde una hacía todo el trabajo y el otro era apoyo emocional.

“Algo bueno debe salir de esto.”

Y realmente esperaba que fuera así, no soportaría estar soportando a Lynn por dos semanas.
Se acostó sobre su cama y prendió el televisor, pasado los minutos sonrió sus ojos pesar.
Quizás una siesta calmaría su frustración.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora