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El sábado había llegado, Kat acomodo su cabello frente a su espejo, sintiendo emoción de salir con sus amigos.

Sam:))

Estoy afuera de tu casa;)
Apúrate que tu hermano me está mirando con ganas de dejarme calvo.

Con rapidez bajo las escaleras, su hermano estaba frente la puerta, de brazos cruzados mirándola fijamente.

—¿Saldrás con ese chico?—le pregunto, Kat rodó sus ojos.

—Si, con Jace y Emma también.

La expresión de su hermano cambio.

—Que te vaya bien, entonces.—le sonrió el pelirrojo, Kat se rió y abrió la puerta.

Sam estaba quieto sobre su lugar, vaya a saber que le dijo Matt antes de que llegara.

—¿Estás bien?—preguntó preocupada.

—Pobre de la persona con la que salgas en un futuro.—respondió el peli-negro, la pelirroja cerro la puerta tras de ella.

Comenzaron a caminar para encontrarse a Jace y Emma en el lugar, Sam mostraba unos nervios y Kat intentaba tranquilizarlo repitiendo varias veces que ella estaría ahí por si acaso.

—Le gustan los videojuegos de horror y terror, cómo Resident Evil o The Last of us.—le contó la pelirroja, Sam hizo una mueca aterrada.—¿Qué, te da miedo?

—Si, pero no importa, si a Jace le gustan esos juegos intentaré jugarlos con él.—respondió Sam respirando profundo.

Kat sonrió llena de ternura, ojalá hicieran eso por ella. Siguieron caminado hasta encontrarse con Jace y Emma, el chico de ojos claros sonrió al verlos.

Se saludaron y entraron al lugar, Kat arrastró a Emma con ella para darles un poco de espacio a Jace y Sam, su amigo se mostraba mucho más tranquilo ahora.

—¿Acaso me perdí de algo?—le pregunto la rubia, Kat sonrió.

—Bueno...—su mirada se dirigió a Sam y Jace, la rubia abrió sus ojos de par a par.

—¿Qué...?—preguntó, Kat trago saliva nerviosa.—No me lo esperaba, pero que interesante.

Kat suspiro aliviada, Emma sonrió feliz y comenzó a arrastrarla a varios lugares donde habían videojuegos, se adentraron en una pequeña cabina y tomaron las armas plásticas conectadas al juego comenzando a disparar a zombies, casi olvidando a Sam y Jace, pero algo en Kat decía que ellos estarían bien.

—Me encanta ese juego, espero que sean suficientes puntos para un peluche.—dijo su amiga, caminaron por el lugar buscando otros juegos.

—¡Y punto!—exclamo una voz cercana a ellas.

—No, no, mierda.—suspiró la pelirroja, sabiendo a quien pertenecía esa horrorosa voz.

—Yo digo que es el destino.—se rió Emma a su lado.

—¿Sabes que puede hacer el destino? Puede tomar a Lynn Loud y...

Zanahoria.

Mordió sus labios al verla frente suyo, la castaña sonrió con burla acercándose a ambas, Emma tuvo que hacer un esfuerzo para no gritar de la emoción, porque aunque se odiarán esa mirada que tenía ambas era...extraña, era intensa y se mezclaba con felicidad cuando se veían.

—Que sorpresa encontrarte donde quiera que voy.—soltó la pelirroja cruzada de brazos.

—¡Hola!—otra voz de sumo, Kat miro de quién provenía, tomo aire profundo.—¡Emma, Kat!

Se trataba de Emily, aquella rubia de sonrisa linda.
Ella se acercó a saludarlas con un abrazo, Kat sentía algo de enojo contra la rubia, no entendía porque, la pelirroja era alguien que notaba cuando una persona era falsa y de malas intenciones, pero no percibía nada malo de Emily, su sonrisa y amabilidad eran genuinas de ella pero aún así no entendía porque una parte de ella detestaba verla.

—Que bueno verlas.—sonrió la rubia.—Podríamos buscar algo para jugar las cuatro.

—Sisi.—sonrió igual de emocionada Emma, tomando el brazo de Emily y arrastrándola con ella, le guiño un ojo a la pelirroja y se alejo con su acompañante.

—¿Vinieron ustedes dos, solas?

—Si, ¿por qué?—preguntó la deportista.

—Curiosidad.—respondió la pelirroja, su mirada viajo buscando a Sam y Jace, hace rato no los veía.

Después de tanto, encontró a ambos en un juego de terror, ambos reían felices con gafas negras puestas, parte del juego.

Zanahoria.—la castaña llamo su atención, apuntando a un juego de baloncesto, cada vez que metías el balón a la canasta contaba puntos.—Vamos, ven.

—No vale, no soy tan buena como tu para estos juegos.—se quejo la pelirroja acercándose a ella.

Lynn sonrió burlona, con una de sus manos apuntó a la canasta pero su mirada seguía en la más baja, encesto el balón ganando un punto.

—Maldita presumida.—Lynn soltó una risa al verla frustrada.

—Deja de quejarte y ven aquí.

Kat tomo un balón y apuntó hacia la canasta, fallando en el tiro, esperando paciente la risa burlona y escandalosa de su enemiga, pero no fue así.
En cambio, Lynn extendió otro balón hacia ella, cuando Kat lo tomo se encargó se acercarse detrás de ella y ayudarla a lanzar el balón.

Tan High School Musical, penso Kat con gracia.

Pero para su sorpresa, gracias a la ayuda de Lynn logro anotar un punto, salto en su lugar con emoción.
Lynn se quedó ahí, cruzándose de brazos con una sonrisa.

Siguieron ahí, una que otras veces, Lynn volvía a ayudarla a lanzar el balón. Sin darse cuenta de que sus amigos la estaban viendo.

—Creo que son las únicas que no se dan cuenta aún.—rió Emma, Jace, Sam y Emily asintieron.

—Deberíamos ayudarlas, ¿no?—inquirió Sam, sus amigos volvieron a asentir.

—Yo tengo una idea.—dijo Emily con una sonrisa.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora