Otra clase terminaba y el castigo de ambas las esperaba, ambas demasiado cansadas de limpiar cada salón. Recordaron y prometieron mentalmente no volver a pelear nunca más, pero obviamente algunas promesas se olvidan.
Kat estaba limpiando cada mesa, despegando cada de está cada goma de mascar, Lynn trapeaba el piso en silencio, no se atrevía a quejarse porque sabía que la peor parte la tenía Kat.
—Dios, que asco.—murmuró la pelirroja dejando el bote con gomas de mascar viejas a un costado.—Le dire a Jace que ya no pegue más chicles debajo de su mesa.
—¿Ya terminaste?
—Ojalá. Aún no.
Kat camino a la mesa donde Lynn se sentaba todas las clases. Se agachó para comenzar a quitar las gomas de mascar pegados, llevándose la sorpresa de encontrar cientos de ellos.
—¿Es enserio, Loud?—preguntó la pelirroja irritada.
—Lo siento zanahoria, soy un poco adicta a las gomas de mascar.—admitió la castaña mientras seguía trapeando.
—Si, un poco.
Kat comenzó su trabajo. Casi media hora había pasado desde que estaba ahí en el suelo quitando aquellos dulces.
—No puedo levantarme...—dijo agotada la pelirroja, esperaba que el castigo terminara y le torturaba pensar que seguiría otro castigo.
—Arriba, zanahoria.
Lynn se le acercó y extendió su mano, Kat la miro por unos segundos dudando tomar su mano.
—El brazo se me cansa.—solto Loud mirándola.
Rodó los ojos y acepto la ayuda, Lynn de un solo tiro hizo que se levantará del suelo. Se apresuraron a soltar sus manos con rapidez al sentir un pequeño hormigueo en ellas.
—Te juro que si vuelves a pegar una goma de mascar en la mesa haré que lo despegues y te lo tragues.
—Es mi mesa, hago lo que quiera con ella.
—¿Acaso tu pegas chicles en la mesa de tu casa?
—Si.
Kat tomo aire, sintiendo que el hormigueo era reemplazado por enojo.
—No más peleas Kat, no más peleas.—se repitió a si misma comenzando a caminar dejando a Lynn atrás.
La castaña a su lado sonrió al observar la mueca de la pelirroja. Realmente disfrutaba del enojo de la pelirroja, sobre todo cuando su rostro comenzaba a ponerse rojo y arrugaba su nariz.
—Si se comportan adecuadamente esta será su última semana de castigo.—les dijo seriamente su directora.
Ambas asintieron contentas ante la noticia.
—A menos que quieran seguir trapeando pisos...
—¡No!—dijeron ambas desesperadas.—No más peleas, lo prometemos.
—No hagan promesas que no van a cumplir, señoritas.
La directora conocía muy bien a ambas. Aunque prometieran no pelear sabía muy bien que tarde o temprano pelearían incluso por lo más mínimo. Parecía que esa era la única manera en la que ambas convivían.
—Fuera.
Tomaron sus mochilas y caminaron hacia afuera, en dirección a sus salones.
Mientras caminaban hacia el salón de matemática vieron a la profesora salir del lugar con fastidio, luego la vieron resbalarse y caer al suelo con fuerza.—Olvidaste poner el cartel de advertencia, ¿Cierto?
Lynn asintió avergonzada. Se acercaron a la mujer que soltaba maldiciones, con un poco de temor la ayudaron a ponerse de pie.
—¿Y ustedes que hacen aquí? Entren al aula pero ya mismo.—le ordenó la mujer a ambas con un tono tosco.
Se dieron media vuelta mientras la mujer les regañaba por no estar en clases.
—Vieja malagradecida...—susurro Lynn con enojo.
—¿Qué?—preguntó la mujer a su lado.
—No dijo nada, vamos Lynn.—intervinó la pelirroja tirando de la mano de la más alta.
Miraron a sus amigos, quien al verlas se quedaron estupefactos, no entendían por qué. Tomaron asiento en el fondo debido a que eran los únicos lugares libres. Soltaron sus manos al darse cuenta de que seguían tomadas de ellas.
—¿Qué, acaso enloqueciste? Esa desquiciada iba a matarte de oír como la llamaste.—le susurro la pelirroja intentando desviar el asunto de sus manos.
—Lo sé, se me fue la boca, a veces no controlo lo que digo.
La mujer carraspeo su garganta llamando su atención sin apartar la mirada de ambas. Abrieron sus mochilas apresurado a sacar los libros. Kat saco un libro y vio el pañuelo que le había prestado días atrás a Lynn con una nota.
“ Gracias zanahoria:)
PD: Te sigo odiando. ”¿Cuando si quiera había puesto aquella nota y el pañuelo en su mochila? Miro a la castaña a su lado que estaba enfocada en lo que decía la profesora.
A veces, y solo a veces Lynn podía se agradable, por ejemplo en este momento.—¿Que me ves?—preguntó Lynn al darse cuenta de su mirada.—Se que soy linda pero...
—Cierra la boca Loud.—le calló la pelirroja.—Enfocaté en la clase.
Ambas volvieron su vista al frente sonriendo levemente.
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𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jr
FanfictionKat y Lynn nunca se han llevado bien, eso jamás ha secreto para nadie. Desde el primer momento en el que se vieron decidieron odiarse solo por juzgarse antes de tiempo, quizás todo ese odio que sentían ambas poco a poco podría convertirse en cariño...