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Al dia siguiente, sábado, Kat se alistaba alrededor del mediodía, aún no recibía mensaje alguno de la deportista pero sabía que llegaría. La emoción de estar con Lynn le restaba importancia al feo y asqueroso evento de ayer, sus amigos la habían acompañado hasta a su casa.

Su hermano sonrió notando el buen humor de su hermanita, sabía quien era causa de ello.

La pelirroja planchaba su cabello evitando las ondas que se le formaban, debe ser la humedad en el aire, pensó la pelirroja.
Tarareaba una canción mientras se miraba al espejo emocionada, miro su celular una y mil veces más esperando aquel mensaje de la razón de sus sonrisas.

Los minutos se convirtieron en una hora, y la hora en más horas de espera, el corazón de Kat estaba deprimido pero antes de deprimirse quizás debía asegurarse que ningún problema le hubiera pasado a la deportista.
Le escribió, pero no recibió respuesta a pesar de que veía perfectamente que estaba conectada y eso no ayudaba a sus pensamientos, Lynn no lo olvidaría, ¿o si...?

Mattheo paso por su habitación, alzó sus cejas al verla aún allí.

—¿Ocurrió algo?—preguntó preocupado.—Pensé que ya te habías ido.

Trago saliva.

—Le surgió algo, me cambiare.—dijo evitando la mirada de su hermano mayor.—Muero de hambre.

Mattheo la miro, sentía que algo no andaba bien con su hermanita.

—Le diré a mamá que pida hamburguesas con papas, ¿que te parece?

Ella asintió dándole una fugaz sonrisa, tan pronto el pelirrojo cerro la puerta suspiro triste, no entendía por qué no recibía respuesta de la pelirroja.

Mañana iría a su casa, de seguro algo había surgido y esa era la razón por la cual olvidó la cita y no contestaba mensajes, si, debe ser eso, pensó ahuyentando sus pensamientos intrusivos.

Mientras tanto dejo su celular cargando y bajo las escaleras donde su madre y su hermano estaban hablando y mirando televisión, un programa donde hacían pasteles increíbles específicamente.

—Katherine—llamo su madre mirándola.—¿Acaso ibas a salir con alguien?

Su madre la miraba emocionada, Mattheo alzó sus manos en signo de que él no había dicho nada.
Rasco su nuca nerviosa, sabía que ella no la regañaria pero le pediría que le contara de quién se trataba y aún no estaba segura de eso.

—Con una amiga, teníamos planes.—mintió nerviosa.

Su hermano se burlaba a sus espaldas.

—Oh, bueno.

Cuando su madre volvió la vista al televisor, Kat le saco su dedo corazón al mayor que se burlaba de ella.

—¡Katherine vi eso!

—Perdón mami.
















































































































Estaba frente la puerta de los Loud, al tocar el timbre de este le dio una ligera reacción de electricidad, había olvidado completamente que debían arreglar aquel maldito timbre que te electrocutaba al tocarlo.

—¡Ya voy!—oyó la voz del único varón Loud.

La puerta se abrió, Lincoln trago saliva al verla, Kat supo inmensamente que algo no andaba bien.

—Hola Linc—le sonrió.—¿Está Lynn?

El volteo hacia adentro y luego la miro.

—Nop.—y evidentemente estaba mintiendo.

—Lincoln, ¿que pasa?

Él rasco su nuca antes de responderle.

—No lo sé, no nos dijo nada solamente está muy enojada y ni siquiera quiere hablar con alguien.—le respondió con sinceridad.—Incluso íbamos a llamarte pero cuando dijimos tu nombre...fue peor.

¿Que?¿Está enojada conmigo?
¿Y yo que le hice?

—Yo no la he visto desde el viernes en la tarde.—dijo la pelirroja pensando que sucedió para que se enojara.—Y teníamos planes pero ella nunca llego, no contesta mis mensajes y no sé que fue lo que yo hice para que se enojara.

El niño pareció comprender su posición.

—Escucha, quizás debas darle un poco de espacio—le recomendó él.—Lynn verdaderamente enojada es algo que nadie quiere enfrentar, el lunes seguramente esté más calmada y puedan hablar.

La pelirroja asintió, Lincoln tenía razón, debía darle espacio ya que ella más que nadie entendía que era peor cuando te presionaban con algo, si Lynn estaba enojada con ella esperaría que le dijera la razón, se disculparía y encontrarían la solución, porque sin importar qué ella quería estar con Lynn.

—Esta bien...—suspiro entristecida.—Adiós Linc.

—Nos vemos, Kat.

El peli-blanco cerro la puerta y Kat volvió a encaminarse hacia su casa, o bueno, quizás a otro lado, no quería volver allí. Saco su celular y marco a su amigo.

Hola Robin de mi Batman.

Sonrió al oír la voz de Sam.

—Hola Señor Batman, ¿quieres hacer algo?

Sam y Kat caminaban por las calles mientras comían helado, sonreían y reían de sus bromas, eso distraía un poco a Kat.

—¿Y que hay de ti y Jace?—le pregunto con una sonrisa la pelirroja.

—Ya sabes.

—Si ya se que sé, pero, ¿hablaron sobre ya sabes...novios?

—No sé si él este listo, quizás sea muy pronto y él...

—Sammy eres muy dulce, pero ¿que es lo que quieres tu?¿que es lo que sientes?—le dijo la chica.—Siempre priorizas lo que siente él y es lindo pero también eres importante, lo que sientes también importa.

Sam trago saliva ante las palabras de su mejor amiga, era cierto, a veces (casi siempre) priorizaba los sentimientos de Jace y dejaba los suyos atrás.
Él también importaba.

—Yo...—pauso y tomo aire.—Yo quiero algo con él, quiero tomar su mano, besarlo, abrazarlo...quiero poder decir que es mi novio, que un chico tan dulce y lindo como él es mi novio, pero no sé si él este listo, ¿y si se arrepintió y no sabe cómo decírmelo? No sé si yo sea lo suficientemente bu-...

—Sammy no se te ocurra decirlo...—lo detuvo cuando supo que es lo que estaba por insinuar.—Eres suficientemente bueno, eres dulce, siempre piensas en los demás, cualquier chico tendría tanta suerte de poder presumir que eres su novio, cualquier persona tendría suerte de que alguien tan bondadoso, lindo y gentil como tu, debes hablar con Jace sobre lo que tu sientes, si tu no se lo dices él no lo sabrá, y si no, él se lo pierde.

Sam sonrió conmovido por sus palabras y le brindo un abrazo.

—Lo haré, hablaré con él.—le aseguro. Inhalo antes de cambiar de tema.—¿Tu has hablando con ella?

—Ah...no.—negó con la cabeza, bajo la mirada.—Esta enojada, y no sé por qué.

Él frunció el ceño confundido.

—Y si, si intente hablar con ella y saber que le pasa, pero no quiere hablar conmigo tal parece, ella está enojada conmigo.

—¿Que?

Alzó sus hombros, ella estaba igual de confundida que Sam.

—¿Sabes?—lo miro.—Hoy seremos tu y yo mi Batman, vamos a divertirnos y después pensaremos en como solucionar todo.

Rió de acuerdo con ella, necesitaban sacarlos de su mente.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora