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—¡AUCH!—la deportista se quejaba a medida que Kat limpiaba su labio con un paño húmedo.—¡Ten cuidado, me duele!

Kat frunció su ceño fastidiada ante su actitud quejumbrosa.

—¡Eso intento, quedate quieta!—le pidió la pelirroja molesta.

—¡Pero no me grites!

—¡Entonces ya no te quejes!—la pelirroja tomo aire.—Estoy intentando no provocarte dolor, pero si te sigues quejando vas a fastidiarme.

Lynn arrugó su nariz, no era su intención quejarse tanto pero su labio ardía como el infierno, además que sentía un poco de dolor en la mano.

—Tienes razón, perdón.—espeto apenada.

—No pasa nada.

Siguió limpiando el labio de Lynn intentando no notar lo nerviosa que estaba, su mano casi temblaba entre su cercanía con Lynn, la pelea de hace rato, la cara lastimada y sus quejas.

Lynn noto su mal humor, se guardo sus quejidos de dolor para no seguir frustrando a la pelirroja, además noto la mano blanquecina de la chica en la cual estaba formándose un moretón. Sus ojos se mantuvieron sobre ella, notando sus pecas y su ceño fruncido a medida que limpiaba su labio.

—Deja de mirarme.

Lynn sonrió sabiendo que estaba poniéndola nerviosa algo que era de su gusto.

—¿O que?—sonrió ignorando el ardor que eso le había provocado.

Kat levantó su mirada por unos segundos, lo suficiente para que Lynn se derritiera. Sin pensarlo dos veces se acercó a su rostro para besarla, Kat arqueo sus cejas con una pizca de diversión, pero antes de que Lynn cellara sus labios, Kat puso su mano tapando la boca de la deportista.
Lynn frunció el ceño confundida por su acción, realmente quería besarla.

—Se supone que estás lastimada, ¿no por eso te quejabas?

Lynn suspiro antes de hacer a un lado la mano de la pelirroja y agarrarla de sus mejillas para besarla. Kat cerro sus ojos correspondiendo al beso mientras colocaba sus manos en los hombros de la chica. Realmente se sentía encantada cada vez que probaba los labios de quién había jurado odiar, ¿gracioso, cierto?

Sus emociones se intensificaban a flor de piel, casi olvidando todo hasta que recordó el lugar donde estaban: un baño, donde literalmente cualquier chica podría entrar y verlas.
Eso sería demasiado vergonzoso.

Se separó unos centímetros sin apartar sus manos de los hombros ajenos, Lynn la miraba confundida por su repentina separación, incluso había una pizca de suplica por volver a besarla.

—Estamos en la escuela, Lynn.—le recordó.—Si alguien nos ve, me moriría de la vergüenza.

Lynn frunció el ceño un poco ofendida.

—No porque me vean besarte, cabeza hueca.—le aclaro dándole un golpecito en la frente.—Estamos en un baño, Lynn. No es correcto.

Lynn suspiro muy a su pesar, asintió.

—Bien, tienes razón.

Kat intento no reírse ante la mueca que hizo Lynn al separarse, Kat también quería continuar besándola pero debía ser racional, o bueno, usar la poca razón que le quedaba.
Pues según ella, se haber sido completamente racional jamás se habría enamorado de su enemiga, claramente estaba perdiendo la razón.

Agradeció haberse separado de Lynn al ver a una compañera suya entrar al baño.
































































































































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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora