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El día había terminado en risas y alegría, para suerte del grupo, Lynn y Kat no habían discutido en todo el día, bueno, si lo habían echo, pero no tan fuerte como de costumbre, solo peleaban de chiste y en realidad no existía enojo entre ellas, solo disfrutaban de pelearse.
A la hora de despedirse, Jace y Sam se fueron juntos aunque en un principio Sam se había negado porque no quería que su amiga regresará sola a su casa, después de miles de insistencias por parte de Kat termino por irse con Sam, Emma y Emily dijeron vivir cerca así que se fueron.

—Bueno, adiós.—se despidió la pelirroja con prisa, Lynn la miro antes de frenarle su paso colocando su mano en el hombro de ella.—¿Que?

—No irás sola a tu casa, zanahoria.—le dijo está.

—¿Te preocupas por mí, o acaso somos amigas?—pregunto con burla la pelirroja sacando la mano de Lynn de encima suyo al sentir un hormigueo.

—Me tiro encima de un auto a velocidad antes de ser tu amiga, zanahoria.

Kat soltó una risa en su cara, dándose media vuelta. Lynn solo la siguió con las manos en sus bolsillos, noto la diferencia de estatura entre ambas, la pelirroja era solo un poco más baja que ella, y eso le causaba algo de gracia. Demasiada agresividad para un cuerpo tan pequeñito.

La pelirroja caminaba a paso apurado sin querer mirar a Lynn, desde la mañana se sentía un poco extraña, quizás había comido algo que le cayó mal en el estómago. Aunque caminar a paso rápido para ella era un poco difícil, era de piernas cortas y parecía correr en vez de caminar, y para colmo Lynn con solo hacer unos pasos llegaba a ella con facilidad.
Una parte de ella comenzaba a sentirse en deuda con Lynn, odiaba sentir aquello y más odiaba a Lynn por hacerle sentir que le debía algo.

Llegaron hasta la casa de Kat en silencio, sin embargo no había sido incómodo, solo no tenían nada que decir y no andaban con ánimos de pelear, no por el momento.

—Bien, supongo que...—arrugo su frente con frustración al ver la sonrisa ladina de la castaña.—Gracias.

Lo último fue susurrado, odiaba agradecerle a Lynn por algo. La castaña dio un paso hacia ella y agachó su cabeza para verla.

—¿Que dijiste? Lo dijiste muy bajo para escucharlo.

Esta imbecil, pensó la pelirroja antes de volver a hablar.

—Dije que gracias con un carajo, y no me hagas repetirlo devuelta.—le amenazó apuntándole con un dedo.

—No fue nada, zanahoria.—le sonrió Lynn, era obvio que le encantaba molestar a la pelirroja, seguramente por eso la acompaño hasta a su casa.
























































































—¿Que te paso en la mano?—le interrogó Mattheo apenas vio su mano con banditas.

—Eh...me golpee.—contesto.

—¿Si, con que?¿Un rostro se te atravesó en tu puño?

Kat lo miro sorprendido, abrió su boca para negarlo pero la mirada convencida de Mattheo le hizo retractarse.

—Bien, si.—admitio.—Es que ella comenzó.

—¿Golpeaste a Lynn Loud?

—¿Que? No.—se apresuró a negar sintiéndose ofendida por la pregunta de su hermano.—Fue a otra chica, en realidad Lynn fue quien me dio las banditas.

Mattheo primeramente arrugó su frente al oírla, pero después de unos segundos le sonrió a su hermanita.

—¿Así que ya se llevan bien?

—No.

El mayor borro su sonrisa mientras negaba con la cabeza.

—Oculta tus manos de mamá o habrá problemas si te ve.—le advirtió.—Y para que Lynn Loud no sea tu amiga, parece ayudarte bastante en algunas cosas.

—Solo lo hace para molestarme.

—¿Que clase de sentido tiene eso?

La pelirroja suspiro, sabía que su hermano seguiría insistiendo en que Lynn intentaba llevarse bien con ella para ser amigas, pero ella sabía que no era así. Subió a su habitación mientras dejaba su bolso en la cama y se tiraba a un lado de el.

Miro su puño, en su piel blanquecina se notaba alguna que otra manchas moradas y verdes, su piel era sensible, por lo tanto cualquier pequeño golpe se le formaba un moretón, pero el pequeño raspón que se dio al golpearla era cubierto por la bandita roja de Lynn.
Recordó también el pequeño beso que le dio en su mano, recordar aquello le hacía sentir extraña, no quería darle tanta importancia a Lynn, ni nada relacionado a ella, pero últimamente se venía portando realmente extraña.

No quería pensar tan mal de Lynn Loud pero tenía tantas razones para hacerlo que estaba segura de que ella estaba tramando algo en su contra, así que lo mejor era tenerla bien vigilada, quien sabe, quizás estaba en lo correcto o quizás no.

Finalmente se dio un baño y decidió dormirse, era bastante tarde y aquel día la había dejado demasiado agotada y pensativa, sobre todo por Lynn, la mayoría de sus pensamientos se centraban en la deportista que tanto odiaba, seguía pensando en porque estaba menos agresiva con ella de lo normal, no iba a mentir porque le agradaba un poco que Lynn no fuera grosera con ella todo el tiempo, pero seguía sintiendo que algo tramaba así que no podía sentirse tan feliz después de todo.

Ya corregí y cambie varios capítulos, volveré a actualizar un poco más seguido y prepárense para el lovers (de a poco) después de tantos capítulos llenos de odio entre ellas JAJSKA.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora