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El lunes llego pronto para suerte de Kat, seguramente Lynn estaría más calmada y podrían hablar de lo que le pasaba.
En el autobús se sentó con Emma, ella hablaba sobre una película que había visto el finde semana.

—¡Tienes que verla!—aseguró la rubia.—Es tan lindo el amor, a veces las películas me hacen desear tener novio.

Kat rió.

—Ya llegará el indicado, o con Sam buscaremos un buen candidato para ti.

Cuando el autobús freno fueron los Loud quienes subieron, Luna, Luan y Lynn hacían un ruido descomunal como siempre.

Kat sonrió esperando ver a la deportista, Lynn camino hasta allí pero su sonrisa se borró al ver cómo pasaba de largo, apenas le había dirigido la mirada. El corazón de Kat se sintió extraño, triste.

—¿Sigue enojada?—se cuestiono a si misma.

Debía ser algo grave.

—¿Que?¿Está enojada contigo?

—Al parecer si, y yo no hice nada malo que recordara o que hiciera con la intención de lastimarla.

Emma la miro a la deportista, incluso noto un destello triste en los ojos de la deportista, el mismo destello que comenzaba a aparecer en los ojos de su mejor amiga.

—Al carajo con darle espacio, mi dulce.—le recomendó la rubia a su amiga.—Si está enojada contigo y no sabes por qué mejor es preguntarle, aclarar el por qué, si le das espacio quizás se malinterprete.

Kat miro a su amiga, quizás tenía razón, además, ¿cuánto espacio debía darle? ni siquiera estaba enterada de la razón por la cual estaba enojada con ella, lo único que debía suponer es que era algo grave.

Recostó su cabeza en el asiento soltando un suspiro.

—Si, tiene razón.—asintió decidida.—Hablaré con ella en el receso.

Emma sonrió feliz, desvió su mirada hacia la deportista que estaba unos asientos más atrás, Lynn estaba cruzada de brazos, incluso si la mirabas bien parecía haber llorado por sus ojos que parecían inchados.

Sin dudas lo que hacía falta era comunicación.














































































































Eran muy pocas las veces que Kat no prestaba atención a clases, ¿pero como podría prestar atención a las funciones cuadráticas de tercer grado cuando su cabeza seguía pensando en lo peor?

Era obvio que Lynn estaba súper enojada, ni en las mil veces que pelearon la había visto actuar de esa manera, ¿y si ya no quería verla más?¿o todo fue un juego...? No, ella no jugaría con eso. De tan solo pensar algo así su pecho dolía.

Su pierna temblaba ligeramente de arriba hacia abajo con nervios.

Cuando la campana del receso salió con prisa guardando todo a mitad de camino, buscaba con la mirada a la castaña pero no lograba verla, mucho menos con todo el gentío.
No logro dar con Lynn, pero si con Emily, la rubia alzó sus cejas al verla.

—Emily, ¿sabes dónde está Lynn?

—¿Por qué te interesa saberlo?

Frunció el ceño, el tono de voz de la rubia era distinto al de siempre, estaba enojada.

Vamos carajo, otra más que se enoja sin razón.

Ahora la enojada era ella.

—Si estás enojada conmigo como Lynn al menos díganme la razón, me gustaría saber que mierda hice para que estén enojadas, Lynn ni siquiera me mira.

—Jack, ¿te suena?—insinuó la rubia cruzada de brazos.

Incluso recordar su nombre le daba asco.

—¿Qué con ese asqueroso?

—¿Ahora te parece asqueroso? Debiste pensar eso cuando te besaste con él.

Kat quedó boquiabierta, Emily estaba enterada, aunque no del todo de aquella situación, entonces...entonces Lynn también sabía de eso.

—Yo no lo bese, él me beso.—le dijo asqueada.—Tan pronto pude le di un golpe.

Emily relajo su expresión a una media sorprendida.

—¿Que?

—¿Acaso lo has visto al tonto ese?—se cruzó de brazos la pelirroja.—Jace le rompió la nariz y Sam le dejo el ojo negro, ellos llegaron cuando quiso volver a besarme después de rechazarlo.

Emily finalmente dejo sus brazos a un lado, suspiro aliviada.

—Esta en el baño—le dijo.—Ella lo vio...salió corriendo cuando pudo y no habrá visto el resto. Y lamento haberte hablando de esa manera, en serio lo siento.

—No te preocupes.

La pelirroja salió corriendo en dirección al baño esperando encontrarla y poder hablar con ella. Suspiro aliviada cuando vio que estaba casi vacío, generalmente estaba repleto en receso.

Espero pacientemente, hasta que finalmente logro verla.

—¿Lynn?

Se intentó acercar pero ella dio un paso para atrás.

—Escucha yo...

—No quiero verte. No quiero escucharte—expreso enojada, aún no la miraba a los ojos.

—Se lo que viste y te puedo jurar que no es...

—Kat, no importa lo que digas, yo vi con mis propios ojos a ti y a ese...

—Pero si me dejaras...-

—No.

Lynn apenas la miro, como si tuviera miedo de verla.

Tenía miedo de verla a los ojos y caer en lo que ella creía una mentira.

Kat sentía sus ojos picar, apretó los puños sintiendo tanta impotencia.

—¿Me crees capaz de hacer eso?

Lynn se detuvo en la puerta y trago saliva.

—No...—pausó.—no lo sé, por favor déjame en paz.

Y se fue, dejo ahí a la pelirroja.

No llores, tu nunca lloras.

Se dijo mil veces.

Llorar es patético, Lynn no vale la pena...

Las voces en su cabeza gritaban que no llorara, pero su corazón termino cediendo y comenzó a derramar lágrimas, se sintió tan patética que tuvo que esconderse dentro de un cubículo, odiaría que alguien la encontrará llorando.

No recordaba cuando fue la última vez que lloro, nunca lloraba pero ahí estaba llorando en los cubículos...por una chica que una vez odio tanto, pero ahora sentía que la quería con todo su corazón.

No sabía que le dolía más, que Lynn no la escuchará o que dudará de el amor que le tenía.

"no lo sé."

Para la pelirroja era una manera indirecta de confirmar lo que pregunto.
Seco sus lágrimas y salió del baño.

Ni siquiera se molestó en volver a clases, todos notarían sus ojos y sus compañeros eran demasiado chismosos.
Cómo pudo termino saliendo de la escuela y volvió a su casa.

Llego a su casa, su madre trabajaba y volvía en la tarde, Mattheo también trabajaba pero el volvería en un par de horas.

Hace unos días estaban disfrutando de sus compañías, besos, abrazos...y ahora, todo estaba mal, Lynn no quería hablarle y mucho menos verla, todo por un estúpido malentendido que se podría haber explicado.

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘, lynn loud jrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora