Una reconocida arquitecta estadounidense inicia una nueva etapa de su vida como colaboradora en la empresa de diseño y construcción B&B. Una prestigiosa empresa internacional dirigida por el arquitecto Jace Blackwood, un empresario pulcro, pero que...
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LUNA.
Maya termina de entrar al dormitorio; en su trayecto hacia la cama manda a volar los tacones de un puntapié.
Se lanza a la cama y cae junto a mí.
—¿A ti qué te pasa? —cuestiona, repasando mi rostro.
Aún estoy respirando con dificultad.
—Nada, solo una pesadilla. —¿O una fantasía?
—Pues tuvo que estar muy mal, luces como si te fuera a dar algún ataque.
—Algo así.
Suspira ruidosamente, mientras recuesta la cabeza en el respaldo de la cama y una mirada soñadora se muestra en su rostro.
—¿Tan bien estuvo?
—¿Bien? —empieza con el drama—, estuvo genial. Dios, jamás había visto un hombre tan... —hace una seña con las manos como si estuviera agarrando algo— fuerte.
Pongo los ojos en blanco.
—Siempre sales con tipos así, Maya.
Suelta una risita.
—No es así, Leandro era bastante delgado.
—Y por eso no duraron ni una semana —le recuerdo.
—Bueno, este es diferente. Tiene cierta aura misteriosa y me mira como si quisiera devorarme. —Suelta un jadeo.
—Por Dios, ¿Te estás escuchando?
—No te preocupes, no tuvimos sexo... aún.
—¡Maya!
Su comentario me hace recordar el sueño que tuve y no sé por qué, también lo que pasó con Jace en la oficina.
—¿Qué?
—Vamos a dormir. Pero primero báñate, puerca.
—No voy a bañarme a esta hora, ¡es la una de la madrugada! —Se acurruca entre las sábanas y no insisto, porque sé que no lo hará.
