Capítulo 20

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LUNA

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LUNA.

Mis ojos empiezan a abrirse con pesadez, siento como si los párpados estuvieran pegados.

La claridad abrasadora que invade el lugar me hace volverlos a cerrar de golpe.

Intento moverme, pero algo me lo impide. Ahora sí abro los ojos por completo, sin importarme el escozor que siento.

El pánico se apodera de mí al darme cuenta que estoy atada con cuerdas a una silla de metal, del tipo que usan en escenas de torturas en ciertas películas.

Mis muñecas están unidas a los reposabrazos con un nudo profesional, mientras que mis pies están entreabiertos, atados a las dos patas delanteras de la silla.

El recuerdo de lo que sucedió llega a mi mente, los hombres, el pinchazo...

Miro alrededor con desespero. Estoy sola en una habitación de concreto completamente cerrada, solo hay una puerta... miro hacia el techo, entornando los ojos cuando la luz del sol choca directamente contra mi cara. Hay un tragaluz justo sobre mí.

Esto no es para nada bueno, el sol y yo no somos muy amigos que digamos.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que los hombres me atacaron, pero definitivamente ya es otro día. Por el caliente que brota del exterior y la claridad, puedo deducir que estamos en una hora pico.

Siento el cuerpo empapado por el sudor. Agradezco que aún llevo puesta mi ropa de trabajo, ya que la camisa manga larga evita que el sol afecte directamente mi piel.

El cabello se me pega a la frente y es incómodo, ya que lo llevo suelto. Soplo un mechón de pelo que me estorba la visión, mientras me muevo en un intento de soltar mis manos del agarre de la cuerda, pero me es imposible.

Dios mío, esto no me puede estar pasando a mí. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas con un sentimiento que nunca antes había sentido, y no es que no haya tenido miedo anteriormente, sino que jamás se compararía con la punzada que siento justo en el corazón.

¿Quiénes eran esos tipos?, podrían ser vendedores de órganos, trabajar en la trata de blancas... o en el mejor de los casos solo quieren una recompensa monetaria. Sé que mis padres lo darían sin pensarlo.

Trato de repetirme que es lo último, para calmar los nervios que me ponen a temblar.


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LUNA (Trilogía Dioses Destinados #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora