Capítulo 26

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LUNA

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LUNA.

Se queda petrificado luego de la pregunta.

Me impacienta que permanezca en silencio, así como hizo anoche cuando desvió la atención para no dar respuesta.

Joder, sé que a penas hace una semana que nos acostamos, pero se siente como si lleváramos toda una vida juntos; pero no es solo eso, sino que empieza a llamarme amor y aparte insinúa que tenemos algo. Es normal que quiera saber lo que está pasando, ¿Verdad?

Es mi primer beso, la primera y única persona con la que he tenido sexo, es el primer chico que entra en mi vida de esa forma, lo mínimo que necesito es estar clara de la situación.

Alguien toca a la puerta, logrando que pierda la oportunidad perfecta para obtener la respuesta que necesito.

Como era de esperarse, Jace la toma como su oportunidad para zafarse de responder. Se apresura a la puerta del dormitorio y la abre, dejando ver a un Robert con cara de tragedia. En ese momento se me olvida el tema en el que estábamos enfrascados y los sentidos se me ponen alerta.

—Tenemos una situación.

—¿Qué sucede? —cuestiona Jace y me dedica una mirada por encima del hombro.

Robert también me mira, por lo que empiezo a ponerme nerviosa. ¿Será que el tal Marcus volverá por mí? ¿Está aquí ya? Somos unos idiotas, debatiendo estupideces cuando hay cosas de mayor preocupación en el momento.

¡Fui secuestrada! Y en vez de preocuparme por ello lo que estoy es pensando en sandeces.

—El padre de la señora Luna está indagando sobre las propiedades de los Blackwood, específicamente si hay alguna que tenga un lago cerca.

Papá no se rinde, Dios...

—No me digas señora, Robert, me haces sentir vieja.

—Lo siento, señorita Luna.

—Solo Luna.

—¿Quieren centrarse en lo importante? —interrumpe Jace—. Son al menos cinco las propiedades que están junto a algún lago. ¿Sabes qué información tienen hasta el momento?

—Sanders se está encargando de que solo obtengan información irrelevante.

—Bien, cualquier novedad me la haces saber. Déjame hablar con Luna un momento.

Asiente y sale del lugar.

—¿Les describiste el lugar cuando estuviste hablándoles? Por eso te alejaste, ¿Cierto?

Frunzo el ceño.

—¡Claro que no!

—No me mientas. Te pedí una sola cosa, creí que te había quedado claro el hecho de que nunca te haría daño.

LUNA (Trilogía Dioses Destinados #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora