Capítulo 21

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Capítulo 21

Era increíble que luego de todo lo que había sufrido con Osvaldo, ahora también tuviera que preocuparse por una mujer obsesionada con su marido... Porque eso solo podía ser obsesión...

V: voy a tener mucho cuidado, mamá... Te lo prometo...

Es: sé que Heriberto va a cuidarte aún de ella, pero tú necesitas confiar en él y cuidarlo también...

V: sí... Tienes toda la razón...

Es: él está muy enamorado de ti y te tiene por encima de todo...

Ahora Victoria sonrió. Era cómico que su mamá intentara venderle a un hombre que ya la tenía completamente enamorada... Rendida a sus pies como coloquialmente se decía...

V: lo sé, mamá... Me lo demuestra con acciones y palabras a cada rato...

>>>

Y para muestra estaba el ramo de flores en el vestíbulo de su casa cuando llegó.

Como siempre, Rosa salía a recibir a quien llegara.

Ro: el doctor las trajo...

V: ¿ya llegó??

Ro: sí, está en estudio...

V: voy a verlo, gracias Rosa...

-Estudio de Heriberto-

V: mi amor... (Luego de tocar a la puerta) ¿puedo entrar...?

H: sigue, mi vida... Por favor...

El atractivo doctor estaba arriba de una escalera, acomodando algo en las repisas. Y la vista desde abajo era muy buena...

¿Se permitiría Victoria piropearlo...?

V: con qué buena vista me encuentro, doctor...

H: Victoria...

V: es la verdad...

El ronroneó y ella rió. Lo vio bajarse de la escalera y no le quitó la mirada de encima, de sus piernas, de su trasero, de sus brazos...

H: muy bien, ahora sí... Dímelo de frente, sea valiente señora Ríos Bernal...

Victoria lo besó, ya abrazada a él... Y le lanzó una pregunta que le gustó...

V: ¿a un hombre le gusta que su esposa lo mire...?

H: a mí sí... Y no solo eso... Sino que me toques también...

Pero no tenían tiempo de escaparse a la habitación esa tarde.

H: tenemos cita con el psicólogo a las 5... Así que debemos irnos ya...

V: vas a entrar conmigo, ¿no?

H: te dije que sí, mi amor...

V: gracias... Gracias...

>>>

Como médico, pero más como esposo, Heriberto estuvo pendiente a todo lo que su esposa y el psicólogo hablaban...

Pero lo que más le conmocionó fue la petición de Victoria.

V: no quiero que este recuerdo provoque ningún daño en la relación con mi marido, doctor...

Psi: trabajaremos en eso, señora Ríos Bernal... Y su esposo podrá ayudarla...

H: por supuesto que sí... En lo que sea necesario... Yo haré lo que deba hacer... (Sin soltarle la mano que le tomaba)

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora