Capítulo 5

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Capítulo 5

"No se da ni cuenta que cuando la miro por no delatarme me guardo el suspiro..."

H: ¿de verdad??

V: Como usted dijo, es la única manera de que Osvaldo no se me acerque... Y después de esto, lo que menos quiero es verlo...

H: sí...

V: ahora quiero yo hacerle una pregunta, doctor...

Heriberto sonrió, muy divertido...

H: si vamos a casarnos, deberías dejar de llamarme "doctor", ¿no te parece?

V: sí...

H: y empezar a tutearme...

V: tiene razón...

H: me pareció oír mal... ¿...?

La sonrisa de él, la hizo sonreír a ella, muy tímida...

V: tienes razón...

H: mucho mejor... Ahora sí, ¿cuál es tu pregunta...?

V: ¿por qué quieres casarte conmigo...? Somos muy diferentes... Casi opuestos...

Había llegado el momento de la verdad... O quizás no... Victoria había influido en ello...

V: ...además yo... No podré volver a enamorarme de nadie...

H: ¿cómo puedes decir eso siendo tan joven...?

V: porque lo sé... Pero contéstame, por favor...

Heriberto soltó un suspiro... No podía confesarle que se estaba enamorando de ella, lo más seguro era que la espantara...

H: mis padres llevan años pidiéndome que me case... No saben lo complicada que puede ser la vida de un médico...

V: entonces los 2 salimos ganando con este matrimonio... Tú contentas a tus padres y yo mantengo alejado a Osvaldo...

H: yo no pude haberlo expresado mejor...

Se guardó las manos en los bolsillos mientras se daba media vuelta para no mirarla.

V: evidentemente este matrimonio no será más que un acuerdo...

H: sí...

V: podría durar... 1, 2... Máximo 3 años...

H: muy bien...

V: y tendríamos que hablar de las condiciones... Pero no en este momento... Necesito irme a mi casa y descansar...

H: claro que sí... Te llevo...

Victoria fue testigo del movimiento de brazos al quitarse la bata blanca de médico, pero se mantuvo en silencio. No se podía negar que tenía un buen físico, empezando por la estatura...

>>>>>>

Naturalmente, los padres de Victoria esperaban despiertos.

Él porque era muy tarde para que su hija estuviera en la calle sola con un hombre y ella porque las madres siempre se preocupaban.

Fran: Victoria, ¿en dónde estabas??

V: charlando con el doctor...

Fran: Dr. Ríos Bernal, hasta ahora no me ha molestado que visite a mi hija, incluso que salgan, pero ella es una mujer decente y no quiero que empiecen las habladurías.

H: señor, lamento mucho que se nos fuera el tiempo hablando... Pero no tiene que preocuparse de las habladurías... Le acabo de proponer a Victoria que se case conmigo... (Tomando una mano de la joven) Y ella aceptó...

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora