Capítulo 1

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Capítulo 1

El alumno había superado al maestro.

No quedaba ninguna duda entre los doctores asistentes a la junta médica de un caso bastante importante.

Todos pasaban los 50 años, a excepción de uno, que era el hombre que revisaba unas radiografías con verdadero ojo clínico.

Heriberto Ríos Bernal, un joven alto, atlético, ojos verdes, muy apuesto, el más guapo y sexy de todo el hospital según encuestas entre el personal femenino... Y el amor platónico de doctoras, enfermeras y aún de muchas pacientes... Un verdadero galán...

Era muy joven, pero tenía un don especial para la medicina y la cirugía, era un verdadero prodigio.

Y su voz... Era dueño de un tono de voz impresionante, muy grave, gruesa... Como muy pocas...

H: tomaré el caso...

"¿Estás seguro...?"

H: sí. Yo me hago cargo.

Además de lo atractivo que era físicamente, poseía valentía, era decidido, capaz de lograr lo que se proponía. Ningún reto le había quedado grande hasta el momento...


*****


En una burbuja de cristal, aparentemente viviendo una vida perfecta en una pequeña ciudad costera se encontraba la joven Victoria.

Hermosa, estatura promedio, menuda, jovial, impetuosa, con don de gentes, era algo así como la joya de su familia y de la localidad, todos la querían.

Trabajaba en la empresa familiar, ya que acababa de culminar sus estudios universitarios.

Aunque su sueño era otro...

Sonriente y emocionada se terminaba de arreglar frente al espejo, quería verse bella para alguien en particular...

"Victoria..."

V: ¿si mamá...?

"Osvaldo ya llegó...."

Los ojos dorados de la chica brillaron por la alegría de ver a su novio y prometido además...

V: enseguida bajo... ¡Gracias!


*****


El mentor y maestro del joven doctor Ríos Bernal era nada menos que su tío.

Por lo que además de inmiscuirse en su vida profesional, tenía la responsabilidad de hacerlo en lo personal también.

Tío: entonces piensas dejar todo lo que tienes en la capital... ¿...?

H: tío, no me voy para siempre... Estaré unos días allá, otros acá...

Para muchos podía parecer una locura, la inestabilidad representaba muchas veces falta de inteligencia y hasta de juicio, pero no para una persona como Heriberto. A él le gustaban los retos.

Y el caso de esa paciente en específico era un reto para cualquier médico... Mucho más para uno tan joven como él.

Tío: ¿estarás yendo y viniendo?

H: sí, en lo que la paciente esté completamente recuperada...

Tío: bien... Eres un adulto y sabes lo que haces...

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora