Capítulo 31

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Capítulo 31

El accidente se había producido por un descuido del personal del hotel al no limpiar lo que se había derramado, a nadie se le pasó por la cabeza pensar en que había sido algo intencional...

El joven y atractivo doctor era tan fuerte que con un brazo la agarró por encima del vientre y debajo de los pechos y evitó que se resbalara, y eso porque venía justo detrás de ella...

Todo sucedió muy rapido.

H: ¡Victoria!

V: mi amor...

H: ¿estás bien...?

V: si no me sostienes, me resbalo... Pero sí, estoy bien...

H: con cuidado, ven por aquí... Esto está mojado... (Volteando a buscar a alguien que pudiera ayudarles a secar el piso)

V: voy a hablarle a uno de los muchachos...

El radio intercomunicador que ella portaba había salido volando cuando casi se cae.

H: Deja eso así, ¿te lastimé...?

Posiblemente más tarde le aparecería una marca en donde la agarró casi que bruscamente para evitar que se cayera, pero nada de importancia.

V: no, me salvaste de caer... (Abrazándolo por el cuello)

H: mi amor, debes tener más cuidado... Por favor...

Pero los accidentes pasaban... Y casi nadie podía evitarlos... Sólo su guapo marido...

V: gracias, mi vida... Gracias...

Él la abrazó y la tuvo contra su cuerpo algunos segundos. Como médico sabía que una caída de ese tipo y en medio de un embarazo podía ser fatídica para los bebés...

H: por favor fíjate bien dónde pisas...

V: sí... Lo haré... Voy un rato a los camerinos y te veo en el salón...

H: de acuerdo...

Se dieron un último beso y Heriberto vio alejarse a su esposa... Si él se hubiera retrasado solo unos segundos, no habría llegado a tiempo para evitar que se resbalara y... No, mejor ni pensarlo...

Planchó un poco su traje y fue para el salón, en el que sin planificarlo, hizo de anfitrión... Saludando a todo quien iba llegando y que él conocía...

Desde el gobernador y su familia, el presidente municipal, sus suegros, sus padres y sus tíos, y muchos más invitados de la sociedad local...

Se sentaron en primera fila, la de honor, a un lado de la pasarela, en donde cada silla estaba previamente asignada.

Victoria apareció y fue saludando a todos a su paso, una vez más quedaba demostrado que era muy querida en la ciudad...

Y al verla, Heriberto no se contuvo y volvió a abrazarla... Como para asegurarse que estaba bien... Aún así, se lo preguntó...

H: ¿estás bien...?

V: sí... Sí, mi amor... Muy bien...

H: gracias a Dios...

Ella le sonrió mientras asentía...

Entonces desde los altavoces se escuchó una voz que pedía a los asistentes que ocuparan sus asientos, pues en un breve instante daría inicio el tan esperado desfile...

Pero como Victoria era quien presentaba los diseños, era la encargada de dar la bienvenida, por eso los presentadores de la noche la llamaron apenas comenzó el evento.

POR CONQUISTARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora