9. En el recuento de los daños

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Park Yeji sabía cómo obtener lo que se proponía. Funcionó para ella en el pasado y le iba a servir de nuevo.

Su familia era prestigiosa, su apellido era reconocido, los Seo descendían de una rama de la antigua familia real y eso les dio fortuna y respeto a lo largo de los años, pero la vida arrogante que llevaron por siglos se vio amenazada con la disolución de las manadas y la llegada de nuevas tecnologías que posicionaban otros apellidos en la cima de la cadena alimenticia.

Los Park eran el más llamativo de todos, con una empresa en rápido crecimiento y arcas que se llenaban sin un límite cercano. La cereza del pastel era el joven y guapo heredero, Park Soohyun, un alfa talentoso y brillante que estaba por asumir las riendas del negocio familiar con grandes expectativas sobre su desempeño.

Yeji lo conoció en una fiesta que ofrecía la presidencia en la que homenajeaban a las figuras que más aportaron a la sociedad durante ese año, quedó deslumbrada con él y se convirtió de inmediato en su objetivo. Ella era una de las omegas más bonitas en ese círculo social, lo sabía, tenía una larga lista de pretendientes, pero había estado esperando por el pez gordo que salvara a su familia de la quiebra y su apellido de la deshonra. Eran perfectos el uno para el otro.

Fue astuta y entabló amistad con su futura suegra, aparentó ser una joven inocente y dulce que solo buscaba el amor. Le funcionó de maravillas, fue enredando poco a poco a Soohyun y cuando se habló de un compromiso y él dudó, ella se encargó de dar el siguiente paso, lo embriagó, se lo llevó a la cama, y el alfa debió asumir su responsabilidad sobre ella por haber tomado su virtud, una señorita de sociedad como ella caería en el deshonor si se sabía que se entregó antes del matrimonio.

El nudo final a ese lazo vino cuando Yeji confirmó su embarazo y debieron acelerar la boda aduciendo que estaban profundamente enamorados y no podían esperar más. Pese a todas las mentiras, ambos tuvieron un matrimonio relativamente bueno, Soohyun se concentró en su empresa y ella en los niños, era un buen acuerdo, mientras siguiera manteniendo su estatus, a Yeji no le importaba nada más.

Ahora que enfrentaba la catástrofe que destruiría su mundo, debía tomar cartas en el asunto, si funcionó para ella en ese momento, sería igual o mejor para Minki y Chanyeol, su hijo había amado al hermoso omega, seguro que lo haría de nuevo, solo necesitaban acercarse y sacar al secretario de quinta de la ecuación. Era imperativo que Minki estuviera de acuerdo para actuar de inmediato.

─No lo sé, tía, si Chanyeol tiene a alguien más en su vida, no creo que yo pueda hacer mucho. ─declaró Minki con un tono tan afligido que cualquiera le creería que tenía el corazón roto.

─No digas tonterías, Minki, ustedes estuvieron juntos por años, fueron el primer amor del otro, ese muerto de hambre se le metió por los ojos y solo llevan acostándose unos meses, ahí no hay nada real, si amas a mi hijo debes salvarlo de ese arribista que solo quiere su dinero.

─Yo haría cualquier cosa por él, tía, tú lo sabes.

─Perfecto, este viernes daré una fiesta aquí en la casa para celebrar tu regreso, será el momento de que actúes, debes seducirlo, tienes que embarazarte cuánto antes. Aprovecha estos días para acercarte a él

─No es tan fácil quedar en cinta con una sola vez.

─Sí lo es, a menos de que estés tomando anticonceptivos. ─la mujer lo miró con sospecha y Minki fingió ofenderse por el comentario.

─¡Claro que no! Tú sabes que no hay nadie en mi vida. Yo solo tengo ojos y corazón para mi Channie.

─Entonces no será problema, los omegas masculinos son incluso más fértiles que los femeninos, sabes cómo funciona.

💔ILUSIONES PERDIDAS💔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora