💔ILUSIONES PERDIDAS💔

16. ¿Cómo puedes decir que te olvidaré?

Baekhyun sabía que no podía seguir de esa manera, el médico ya lo había regañado dos veces porque estaba perdiendo peso en lugar de ganarlo, como debía ser.

Nunca nada volvería a ser igual para él, ese sentimiento de dicha e ilusión que lo llenaba hasta hace poco, se había perdido para siempre, diluido en todas las lágrimas que derramó en esas semanas de agonía. No se trataba solo de él, si lo fuera, se dejaría morir a gusto porque no quería despertar más en ese mundo, pero estaban sus hijos, sus bebitos lo necesitaban a él ahora, sano, fuerte, y, sobre todo, muy valiente, porque sería toda una vida de lucha la que tendrían que enfrentar.

Admiraba más que nunca a su madre, quien con el corazón roto se había podido sobreponer y sacarlo adelante, eso era lo mismo que él tenía que hacer y la nueva vida que le esperaba en Incheon sería el comienzo de la recuperación, tenía que dejar todo lo malo atrás, era imperativo que cerrara el ciclo y enterrara a Park Chanyeol en lo más profundo de sus recuerdos, metido en un cofre de hierro y cerrado con mil candados.

Por eso, decidió darle el último adiós al amor de su vida, esa historia se merecía un mejor final del que tuvieron, no era justo que después de tanto amor todo se cortara abruptamente por manos de terceros, no, él iba a tener un final a su modo, en sus términos, clausurando ese capítulo de su vida antes de arrancar la página para siempre.

Tuvo la suerte de que Tao viajó temprano para alistar todo allá, no quería que él se esforzara con la mudanza así que su madre iba a preparar todo con antelación. Baekhyun aprovechó y se alistó lo mejor que pudo, su aspecto no era el más bonito, pero el maquillaje ayudó un poco, sus heridas ya habían cicatrizado, aunque sus manos estaban muy sensibles todavía. No era el mismo cuerpo que el alfa solía adorar, pero si era verdad que lo amaba, eso no tendría por qué importarle.

No sabía si Chanyeol todavía tenía la suite, hasta donde él recordaba el pago era automático de la cuenta personal del alfa, tal vez no había recordado cancelarlo y así fue, cuando llamó para pedir que la prepararan le informaron que seguía reservada. El omega solo salió hacia el hotel y tan pronto como llegó le envío el mensaje a Chanyeol, sabía que vendría.

Apenas tuvo tiempo de quitarse la ropa y ponerse una bata, se aplicó una loción con sabor a fresa en toda la piel y justo al terminar la puerta se abrió. El alfa llegó caminando lento a la habitación, cauteloso, como si esperara alguna trampa, todavía sin terminar de creer que Baekhyun lo hubiera citado allí y menos todavía el estar viéndolo frente a él y vestido así, como en los viejos tiempos, con todo el lugar inundado de ese delicioso aroma dulce que lo enloquecía.

─Baek, ¿qué...?

─Shhh, no digas nada.

Baekhyun se acercó al alfa sin dejar de verlo a los ojos, no iba a llorar, no en ese momento, les iba a regalar a los dos esa última noche, luego de eso no volverían a verse nunca más y él daría su mejor esfuerzo por olvidarlo. Cuando estuvo pegado a Chanyeol subió las manos acariciando su duro pecho y las enredó en su nunca tirando de él para un beso al que, obviamente, Chanyeol no se resistió.

No hubo nada de calma, las hormonas del omega estaban alborotadas por su estado y por tanto tiempo sin sentir a su alfa de esa manera, el beso fue fogoso y hambriento desde el inicio, Baekhyun empezó a quitarle la ropa al otro sin la menor vergüenza, no importaba que en menos de dos días Chanyeol fuera a convertirse en el esposo de Minki, esta noche seguía siendo suyo, solamente suyo.

Chanyeol estaba confundido, no entendía el cambio repentino de las cosas, Baekhyun no era alguien que se dejara llevar por las pasiones y pensar en el significado de sus acciones lo asustaba demasiado. ¿Era esta la despedida final? ¿Era su forma de decirle que iban a seguir juntos a pesar de todo? No podía negar que esa última opción rondaba sus pensamientos constantemente, si no lo amara tanto, no hubiera dudado en pedirle que siguieran con su relación escondida, pero él no era tan imbécil, no lo degradaría de esa manera.