Baekhyun tuvo una vida sencilla pero tranquila, su madre siempre se encargó de que no le faltara nada y le enseñó a ser una buena persona; aun así, le hizo falta su padre, en los momentos más especiales de su vida lo echó de menos y anheló poder ten...
Baekhyun estaba viviendo los peores días de su vida. No tenía ganas ni de despertarse, si solo pudiera seguir durmiendo permanentemente y vivir en ese mundo de ensueño donde su vida no se había hecho pedazos, donde todavía era absurdamente feliz y lleno de esperanzas, no en esta realidad de ilusiones perdidas que lo estaba desintegrando poco a poco.
Tao estaba preocupado, los malestares de Baekhyun de pronto se habían intensificado y temía que la depresión lo hiciera enfermar, llevar dos cachorritos adentro consumía mucho de su energía, él necesitaba reponerse pronto o sus bebés se verían afectados. Su omega podía sentir la desolación del de su hijo, su lazo siempre fue muy estrecho y la aflicción de Baekhyun lo estaba volviendo loco.
Siwon le insistió mucho para que considerara el empleo en la imprenta, ya sabía todo lo sucedido con Baekhyun y le dijo que cambiar de ambiente podría servirle, una nueva ciudad, nueva casa, empezar en otro lugar tal vez despejaría su mente y le ayudaría a olvidar todo. Tao estaba tentado, creía lo mismo, pero no quería seguir relacionándose con la familia Choi, no sabiendo que Minki era el causante del dolor de su hijo y menos por la cercanía con Chanyeol, él no podía enterarse de los bebés por nada en el mundo.
Era tan decepcionante que la historia se repitiera, todo el esfuerzo de tantos años para que su hijo tuviera una mejor vida y fuera feliz, todo se había ido a la basura, por eso se sentía tan culpable, Baekhyun era ingenuo, pero él no, él conocía la vida y ese mundo sucio y tramposo de la alta sociedad, era su deber protegerlo de todo eso y le había fallado, confío en la persona equivocada una vez más, creyó en las promesas de amor y los gestos lindos de un alfa, otra vez.
Y de la misma manera que veinticuatro años atrás, solo habían quedado lágrimas, sufrimiento y vidas inocentes que debían pagar las consecuencias por los errores de sus padres.
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Yeji estaba fuera de sus casillas, adicional al terrible hecho de que nadie la defendió del brutal ataque de ese omega de mierda, ahora tenía una fractura en su nariz que Soohyun se negaba a atender.
Luego de que el médico la revisara y curara sus heridas, diagnosticó una fractura de tabique, él mismo le administró los medicamentos y le hizo la alineación manual bajo indicaciones de su esposo, el imbécil no quería pagar por la cirugía plástica que corregiría la lesión, era probable que quedara con secuelas de por vida y eso la tenía furiosa.
Su vida era un completo infierno ahora, no podía hacer nada, no tenía nada, y a estas alturas, ya no estaba segura de que hubiera sido buena idea aliarse con Minki; en cambio de la vergüenza de que su hijo uniera su vida con un muerto de hambre, se encontraba la total humillación que estaba recibiendo ahora, la maldita fiesta de compromiso sería en pocos días y ella tenía toda la cara amoratada.
Estaba buscando alguna excusa para no asistir, tendría que hacerlo con un vestido viejo porque Soohyun se negó en redondo a comprarle algo digno, tampoco le iba a devolver sus joyas y no había forma de que el maquillaje cubriera todas sus lesiones, era horrible, estaba viviendo una verdadera tragedia.
