IX

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Capítulo: 9 Ronald Lombardi

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Capítulo: 9
Ronald Lombardi


No puedo dormir.

Solo me quedo viendo el techo blanco sin pensar en nada y al mismo tiempo que en todo, giro mi cabeza y veo como la iluminación gris del amanecer se adentra por las cortinas de la ventana. E inevitablemente dirijo mi vista al reloj que cuelga al lado de la puerta.

05:00 AM

Me levanto y bajo de la fría cama para luego darme una ducha y lavar mis dientes. Cuando finalizo me coloco una camiseta y pantalones militares negros junto a mis botas del mismo color.

Bajo las escaleras para ir al patio de entrenamiento, pero la señora empleada se pone en mi camino antes de que pudiera girar el pomo de la puerta.

— Buenos días, señor.

— ¿Qué quieres?

— Yo nada, pero mi señor lo solicita para el desayuno — me sonríe e indica con su mano que la siga y eso hago.

— ¿Cuál es tu nombre? — me atrevo a preguntar
mientras camino detrás de ella.

— Margaret, soy la abuela de Margarita.

No sigo hablando y doy por finalizada la conversación en cuanto llegamos al comedor. No hay nadie y caigo en cuenta que ya son las seis de la mañana.

— Puede esperar a los señores aquí, en esta casa suelen desayunar muy temprano — lo más probable es que haya visto mi cara de desorientación al agregar eso último.

Miro el reloj negro en mi muñeca, en tanto me siento en la dura silla.

06:45 AM

Solo puedo pensar en que me demoré más de una hora en asearme y que esta maldita familia está loca.

Miro hacia el umbral de la puerta al visualizar sombras de siluetas femeninas detenerse.

— Margarita, ven — una voz suave y dulce, invaden mis tímpanos en cuestión de segundos.

— ¿Qué pasa, señorita? — no llegan a entrar, sino que siento como sus voces se alejan del umbral.

— Siéntate

— ¿Qué?

— Sé que soy ciega, pero puedo sentir actitudes,
¿sabes?

— No entiendo, ¿de qué hablas?

— Ayer, cuando bajaste a buscar provisiones para comer, regresaste algo extraña. Y te lo vuelvo a preguntar, ¿qué sucedió?

— Nada.

— Puedes confiar en mí.

— Confío en ti. Es solo que...

— Te escuché llorar mientras dormíamos.

El final de la bestia (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora