XXXVII

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Capítulo: 37

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Capítulo: 37

Antes de que la mansión de los Grecos fuera invadida.

Un día antes.
Narrador anónimo.
Primera persona.




El resplandor solar me produce una sensación de inquietud mientras observo a la castaña de cabellera rizada asustada en medio de la pista de aterrizaje. Sus ojos se encuentran llorosos e hinchados y de su nariz se escurre lagunas de mocos, debido a la excelente revolcada que le brindé.

Estiro la mano para agarrar un mechón de su cabello rizado y jugar con ella.

Amo el dinero como a nadie, soy capaz de sacrificar a mis propios padres con tal de llegar a mi objetivo. El dinero va y viene, eso he escuchado desde que era un niño, pero prefiero pudrirme en ello, que no tener.

Eso me hace soltar su cabello al recordar a Lombardi.

Ese estúpido.

¿Cómo se atreve a darme órdenes?

¿Cómo se atreve a pedir eso?

¿Acaso no sabe con quién está tratando ese inútil?

— Por favor, señor — la escucho suplicar, lo cual causa que la mire más.

— No tendría que hacer esto.

— Así es — traga saliva y me mira mientras está de rodillas ante mí —. No tiene que hacer esto — se escucha desesperada —. Mi padre puede ofrecerte mucho dinero... Y no solo mi padre, sino también mi abuelo y...

— Es lo que menos me importa de ellos — le entrego una sonrisa —. Por ahora.

— Por favor.

— Si tu padre no se hubiera atrevido a ponerle un dedo encima, no tendría la necesidad de hacer esto — le confieso a la chica que parece estar rezándole a todos los dioses, que ni siquiera existen.

— Mi padre...

— Tu padre se volvió una amenaza para mi gente y mi fortuna.

— Si me dejas ir, yo podría decirle a mi padre que...

— No te preocupes, no tienes que decir nada.

— Pero...

Le meto un balazo entre ceja y ceja, y su cráneo explota, su sangre me salpica en la cara.

Su cuerpo sin vida no tarda en caer cerca de mi pulcro zapato.

Nadie se mete conmigo y mucho menos con lo que es mío.

Yo no iba a permitir quedarme de brazos cruzados, mientras atentan contra su vida.

Escucho pasos detrás de mí y no me volteo a ver quién es porque la vi seguirme, y no hice nada, dejé que viera con sus propios ojos lo que soy capaz de hacer por la sangre.

El final de la bestia (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora